Saldos del 2021
Por increíble que parezca, le quedan pocas horas a este 2021. Por ello, hemos querido hacer un breve recuento de aquellos sucesos que, a nuestro juicio, destacaron en el periodo.
A nivel global, la pandemia asociada a la propagación del virus del Covid-19 continuó haciendo estragos, en particular a la mitad del año. A pesar de que un alto porcentaje de la población mundial tuvo acceso a vacunas, otros en condición vulnerable u opuestos a la aplicación, no lo hicieron, dificultando la disminución de casos. La nota positiva fue el descenso en el número de fallecidos, así como de requerimientos de hospitalización. Sin embargo, las nuevas variantes de la enfermedad sugieren que deberemos mantener la guardia ante la posibilidad de rebrotes permanentes.
En México, se celebraron elecciones intermedias con resultados contrastantes. Por un lado, se fortaleció la presencia del partido Morena en sus bastiones tradicionales, aunque en el Congreso de la Nación, creció el número de diputados de la oposición particularmente aquellos emanados del Partido Acción Nacional (PAN). También se cumplieron 3 años de la toma de posesión del presidente López Obrador, pero sin lograr resolverse problemáticas añejas como el fortalecimiento de las diversas formas de desigualdad, la violencia desatada y la mala gestión de los asuntos públicos.
En la región, el partido Morena se alzó con las victorias en las urnas municipales, desplazando a personajes y partidos que se creyeron intocables, y cuyo desgaste resultado de malas decisiones, les imposibilitó el refrendo de su presencia en el poder.
En la escala territorial y urbana, hasta el 30 de septiembre de este año, se mantuvo la normalización de las modificaciones discrecionales a las normas de control urbanísticas que generaron muchos daños al paisaje e identidad vallartense, a pesar de la férrea negativa de modificar el rumbo por parte de los responsables de otorgar licencias de construcción.
Los saldos de sus errores tomaron un giro inesperado con tres sucesos claves: el primero, la sentencia judicial que demostró la ilegalidad en la aprobación de construcción en un desarrollo de vivienda vertical en Conchas Chinas y del cual pende una orden de demolición que no se ha realizado (y todo apunta a que no sucederá), pero que sienta precedente legal. El segundo fue el derrumbe en un predio en Amapas donde estuvo la Casa Serena, resultado de los excesos en esa porción de la geografía local, motivado por una mentalidad extractiva que se ha ido imponiendo en nuestra comunidad. Y el tercero, fueron las afectaciones por el paso del huracán Nora a finales de agosto, en particular en los márgenes de los ríos Pitillal y Cuale, con resultados e imágenes muy trágicas, implicando la pérdida de vidas.
El fracaso en estas modalidades de convivencia nos invita a replantear el rumbo, en particular en las prácticas con que incidimos en el territorio. Urge hacer las paces con la naturaleza y reducir la codicia ilimitada que ha sentado sus reales. El crecimiento urbano es inevitable, pero podemos tener más cuidado con el paisaje, la naturaleza y la identidad vallartense, que son patrimonios que valen más que el capital que pueda reproducirse.
Aprovecho para desear a todos los lectores de Vallarta Opina y de esta sección, el mejor de los éxitos en el próximo año 2022, aspirando por el logro de una prosperidad que sea comunitaria y de largo aliento. ¡Felicidades!