Participación metropolitana

La participación ciudadana amplia y constante puede ser el elemento diferenciador
La Ciudad Imaginada Por: Dr. José Alfonso Baños Francia

El pasado 23 de noviembre se llevó a cabo un taller participativo convocado por el Consejo Consultivo Ciudadano de Desarrollo Metropolitano (CCC) y el Instituto Metropolitano de la Bahía (IMBA). Vale recordar que estas dos instancias, aunadas a la Comisión de Ordenamiento Metropolitano, forman la estructura institucional para la coordinación entre Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, buscando mejorar la administración de estos municipios conurbados, los únicos de carácter interestatal con vocación turística de México.

Los objetivos de este ejercicio fueron dos: 1) abordar la dinámica urbana a nivel regional; y, 2) debatir sobre el modelo territorial metropolitano más adecuado. Para ello, se establecieron 4 mesas temáticas conformadas por la dimensión físico-ambiental, socio-demográfica y económica, urbana y urbano-territorial.

Un aspecto a resaltar fue el poder de convocatoria al congregar a buen número de participantes, quienes enriquecieron con sus ideas y experiencias los posibles caminos para tornar más eficiente la gestión de un territorio con diferentes demarcaciones administrativas, marcos normativos y grados de consolidación en sus instituciones.

Y es que en la región deberíamos estar acostumbrados a estos debates que afinen la gobernanza en los asuntos de interés común para Jalisco y Nayarit. En la práctica, integramos una unidad funcional, económica y laboral que debe traducirse en la toma de decisiones compartidas para atajar problemáticas añejas que siguen pesando en el presente y que podrían poner en entredicho el futuro de la región.

En los últimos años se ha impuesto la pereza, mezquindad, falta de voluntad y clientelismo en quienes han ejercido el poder en los tres niveles de gobierno, diluyéndose muchas oportunidades para aprovechar las múltiples capacidades que se tienen en ambas márgenes del río Ameca. Tampoco el peso ciudadano ha logrado modificar el estado de las cosas.

Si bien el turismo ha traído beneficios y es un proveedor de empleos, también se han venido acumulado las contradicciones de desarrollo entre la franja turística y los barrios en las periferias. La brecha de desigualdad se ensancha, conformando paisajes dolorosos compuestos por “islas de riqueza en mares de pobreza”.

Por lo que respecta al territorio natural, hace tiempo que rompimos la sana relación que teníamos con la casa común modificando el cauce de los ríos, alterando la topografía de la sierra y haciendo desaparecer la cobertura vegetal que brota de la humedad en nuestro contexto. Urge hacer las paces con los ecosistemas que nos dan sentido, sustento y balance.

Uno de los posibles resultados de este taller participativo sería establecer foros de debate y discusión de manera sistemática y programada por sectores y grupos de interés. Ello es vital en el afán de devolver la sensatez que perdimos en la región, oscurecida por la imposición de una mentalidad extractiva que solo quiere busca sacar provecho de los elementos territoriales.

La participación ciudadana amplia y constante puede ser el elemento diferenciador que nos permita establecer mecanismos de prosperidad en un escenario de mediano y largo aliento para la zona metropolitana de la Bahía de Banderas.