Nutrición e inmunidad preocupa a las madres con el regreso a clases presenciales

Una encuesta, realizada por el DSM, también encontró que el conocimiento sobre la importancia del consumo de vitaminas aumentó

Con la previsión de que los niños y adolescentes vuelvan a las clases presenciales, sumada a la pandemia Covid-19, la preocupación de las madres ya no es solo si sus hijos tendrán buenas notas en la escuela, sino también el cuidado con la alimentación y la inmunidad después de más de un año haciendo todas las comidas en casa, con aislamiento social. Esta es la principal preocupación de las madres en la Ciudad de México escuchadas en un estudio realizado en junio de 2021 por DSM, una empresa global de origen holandés basada en la ciencia para la Nutrición, la Salud y la Vida Sostenible.

Con la pandemia, las familias comenzaron a interesarse más en conocer sobre la nutrición en general y la importancia de las vitaminas y otros nutrientes para la salud. Estos elementos se han vuelto más presentes en la rutina de alimentación y cuidado para apoyar el mantenimiento de los sistemas inmunológico y respiratorio, porque son afectados directamente por el Covid-19.

“La vitamina C se convirtió en el protagonista para reforzar las defensas de la población en su conjunto, pero nos dimos cuenta de que el conocimiento de otras vitaminas y minerales, como la vitamina D y el zinc, estaba más presente en el día a día de las familias. Especialmente de los afectados por la enfermedad, ya que comenzaron a buscar más información sobre cómo evitar resultados más graves de Covid-19”, explica Giovani Saggioro, vicepresidente de Nutrición y Salud Humana de DSM Latinoamérica.

Otro dato interesante obtenido del estudio se refiere al cambio en el estilo de alimentación de las familias al inicio de la pandemia, cuando la población creía que el aislamiento duraría de uno a dos meses. En esta etapa, las madres manifestaron ser más permisivas y hubo un aumento en el consumo de alimentos indulgentes, como botanas, dulces y bebidas con alto contenido de azúcar. Además, con los niños en el interior todo el día, también se modificó la cantidad y el horario de las comidas, incluidos los refrigerios no nutritivos entre las tres comidas principales.

El resultado de esto se refleja en la encuesta de la Encuesta Nacional Continua de Salud y Nutrición (Ensanut), realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) entre agosto y noviembre de 2020: el 38% de los niños de 5 a 11 años son sobrepeso y obesidad; entre los adolescentes esta cifra es del 44% y entre los adultos, casi el 74%. Además, la desnutrición en menores de 5 años fue prevalente en el 13,9% de las familias encuestadas.

A medida que pasaban los días y el rápido aumento de casos de Covid-19 en todo el mundo, se comprendió que el aislamiento duraría mucho más de lo esperado. Por tanto, surgió la preocupación por mejores hábitos alimentarios y, sobre todo, el deseo de mantener fortalecida la salud e inmunidad de la familia. Una de las madres entrevistadas afirmó: “No pensamos que fuera a durar tanto y que sería una enfermedad tan contagiosa, empezamos a enfermarnos y las personas cercanas también. Por lo tanto, mi atención se centró en fortalecer el sistema inmunológico y el tracto respiratorio de mi familia”.

En esta etapa, según las entrevistadas, se redujo el consumo de productos menos saludables con alto contenido en azúcar y calorías, dando paso a una dieta rica en alimentos naturales, como frutas y verduras. También se ha incrementado la búsqueda de alimentos fortificados y enriquecidos con vitaminas, especialmente aquellos con vitamina C y D, zinc y otros componentes como los lactobacilos probióticos.

Al ser consultadas sobre cómo pretenden continuar con este cuidado ante la rutina de regreso a la escuela, las madres dicen que, al preparar el almuerzo escolar, darán preferencia al uso de envases y utensilios desechables, alimentos naturales hechos en casa y en pequeñas porciones para evitar compartir entre niños y reducir el riesgo de contagio de enfermedades. Entre las madres que optan por comprar bocadillos preparados, la preferencia es por aquellos que estén fortificados con nutrientes, tengan bajo contenido de azúcar y con empaques que no requieran el contacto directo de la mano con la comida.

Importancia de los alimentos enriquecidos

Según la encuesta “El estado de la seguridad alimentaria y nutricional en el mundo”, publicada en julio de 2021 por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el nivel de desnutrición infantil es alarmante.

“Este problema se vio agravado por la pandemia de Covid-19 y, entre varias acciones y planes posibles para solucionarlo, está la fortificación de alimentos básicos. Actualmente, algunos países ya fortifican obligatoriamente la harina de trigo y maíz con hierro y ácido fólico; la sal con yodo; leche con vitamina D; arroz con vitaminas y minerales entre otros. Muchos gobiernos son conscientes de este beneficio para la salud pública y llevan a cabo acciones y alianzas público-privadas para implementar el enriquecimiento de los alimentos de gran consumo de la población. Este es un camino probado, seguro y eficiente, y que puede ser adoptado por la industria alimentaria en general para mejorar el perfil nutricional de sus productos”, enfatiza Saggioro.

Metodología del estudio DSM

Se realizaron seis rondas de entrevistas en profundidad con 18 madres residentes en la Ciudad de México. Se dividieron en tres grupos de madres consideradas más tradicionales en la alimentación de sus hijos y otros tres grupos formados por aquellas que prefieren la practicidad y buscan alimentos listos para consumir, pero que sean ricos en vitaminas. El estudio fue realizado por Anagramma – Shopper & Consumer Insights a pedido de DSM.


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