No robarás

Consejos de una Abuelita Moderna / Por un México Mejor

Los jóvenes de secundaria se preocuparon mucho al ver que una de sus compañeras de clase entraba con los ojos llorosos… Cuando rodearon a la muchacha, ella les comentó llorando que, por desgracia, no estaban cuando un chico le arrebató el monedero a una anciana que cayó tirada con el empujón que le dio al momento de robarla, y por más que ella le pidió ayuda… ¡No la escuchó!… Me atravesé corriendo la calle para levantarla pero, como no pude, llamé a protección civil, y mientras llegaba, hablé con su patrona y enojada me dijo que como su nana estaba tan grande… ¡Ya no sabía ni qué hacía, y ahora cómo iba a comprar lo que le había encargado si ya no tenía ni el dinero!… Como tenía mi celular en altavoz, ella comenzó a llorar amargamente. Cuando colgué, ella me dijo que tenía que conseguir $955.00 antes de llegar a la casa de su patrona.

Gracias a Dios llegó la ambulancia y la revisaron ahí mismo; me dijeron que sólo era un leve raspón en la rodilla y un gran susto por el robo, le dieron un tranquilizante y me dijeron que la llevarían a su casa, me fui con ellos para que hablaran con la señora y me quedé con ellas después de que se fueron los de protección civil. La nana  se fue a recostar y me quedé hablando con la señora, y le dije que no estaba de acuerdo en la forma que trataba a su nana que la amaba tanto, pues desde niña la había cuidado… Ella avergonzada me pidió perdón y yo le dije que era a ella a quien se lo debía de pedir… Pero… ¡Cuál no sería mi sorpresa al ver entrar al chico que le arrebató el monedero!… ¡Era nada menos que el hijo de la señora!

Todos con cara de espanto dijeron: ¡Increíble!…

La muchacha continuó: Me asusté y  llegué corriendo hasta la secundaria…

Entre todos los jóvenes hablaron y le suplicaron a la muchacha para que los llevara a la casa de ese rufián. Después de hablar con sus maestros, ellos se dirigieron al lugar donde se encontraba la anciana. Tocaron la puerta y salió la señora. Al preguntar por el chico de la casa, la señora dijo: De seguro lo vienen a invitar a una fiesta… Y lo llamó: Mi amor, te buscan… Pasen por favor.

Entraron a una sala muy lujosa y al bajar el chico, extrañado preguntó: ¿Acaso los conozco?…

El joven sin pelo con desprecio expresó: Gracias a Dios ¡No!… Pero nos vas a conocer…

La señora desconcertada iba hablar pero, otro joven le hizo una señal para que guardara silencio…

El joven sin pelo continuó: Mira por si no lo sabes, uno de los diez mandamientos que por siglos lo ocupan en todas las leyes que existen en éste enigmático planeta es: NO ROBARÁS… ¡Tú en una forma descarada y muy cruel lo has hecho nada menos que a tu nana, que te ama mucho, que no te ha delatado con tu madre, ¡a pesar de haberla lastimado tanto!

Otro joven expresó: No sólo robas dinero, porque existen diferentes formas de robar… ¡Recuerda cómo robaste la inocencia de esa niña cuando le hablaste impúdicamente!…

Otro continuó: Robaste la dignidad y el valioso tiempo de tu nana… Robas la confianza de tu madre… Robas tu salud y la de otros chicos… ¡Comprando drogas!…

La madre estaba impresionada…

El chico llorando suplicó perdón, prometiendo ¡NO ROBAR JAMÁS!

Para mis ángeles terrenales del Grupo Canica.

Cariñosamente Ana I.