Navidad en Nuevo Vallarta
Por: Federico León de la Vega
Vivir en Vallarta es vivir lejos de los paisajes tradicionales de Navidad. Las escenas de nieve y casitas con humeante chimenea las vemos tan sólo en imágenes con felicitaciones que recibimos por Whatsapp. No tenemos las cuatro estaciones, y nuestro frío rara vez llega a los 12 grados C. Los pinos con esferitas y escarcha de spray me parecen poco adecuados para celebrar Navidad en nuestra región. Además del costo hay que cuestionar el poco sentido que tiene comprar un árbol que viene de muy lejos para a las pocas semanas desecharlo, aumentando por toneladas nuestra basura, o peor todavía, quemarlo y contaminar. ¿Cómo celebrar aquí la Navidad entonces?
En realidad celebrar la Navidad debiera ser celebrar el nacimiento del Salvador, Jesucristo. Aunque sólo Cristianos, Católicos y Protestantes crean en Él, eso fue lo que dio origen a la fiesta. Los nacimientos o escenas de natividad, con los Reyes Magos, María, José y el niño Jesús son un símbolo adecuado para ayudar a celebrar la temporada. Aún haciendo a un lado las creencias, resulta positivo dedicar unos días cada fin de año a que reflexionemos, nos reunamos con familia y amigos, y que expresemos los sentimientos más nobles. Los Judíos celebran Chanuka unos días antes, y los no-creyentes pueden también celebrar, aunque sea por inercia social. En cuanto a los regalos, ya sabemos que no son indispensables. Al igual que los arbolitos y las decoraciones navideñas, son sólo accesorios. El amor, el perdón, la comprensión, constituyen la esencia del espíritu navideño, que no cuesta y que a todos beneficia.
Definitivamente, una de las cosas que mejor contribuye a exaltar el espíritu navideño es la música. En este aspecto, la orquesta de cámara de Puerto Vallarta, que desde hace muchos años inició Mary Maclachlan, contribuye de una manera fantástica a celebrar nuestras navidades. Tuve oportunidad de asistir al concierto del 18 de diciembre pasado en Paradise Village y quedé, como en otras Navidades, francamente impresionado. El programa del concierto se dividió en dos partes, la primera con música clásica, Rossini y Mozart bien interpretados. Pero fue después del intermedio que vino lo verdaderamente emocionante porque tocaron Jazz navideño. Entre otras piezas el Festival Navideño de Leroy Anderson. Siguiendo la tradición jazzística de síncope, de improvisación y de solos, escuchamos a los músicos y sus diversos instrumentos demostrar con emoción sus habilidades. En una de las piezas, Daniel Oliveros, que es el nuevo y muy joven director de la orquesta, se apartó de la batuta para tomar un saxofón.
Además, es muy interesante que los músicos se estén renovando con sangre joven, tanto que los hay desde los 11 años de edad. Los fundadores de la orquesta fueron principalmente extranjeros retirados, músicos de alta escuela, de gran experiencia y sobretodo con un enorme amor por Puerto Vallarta. Hoy día alguno de ellos rebasan ya la edad de 70. Es conmovedor ver a los viejos músicos armonizar en todo sentido con los jóvenes, extendiéndoles enseñanza, alternando con ellos como verdaderos compañeros de orquesta.
Aunque no haya nieve sino palmeras, ni crea yo en Santa Claus pero sí en Jesucristo, pasé una velada fantástica, desbordante de espíritu navideño, aquí en Nuevo Vallarta.
Felicidades a todos y buenos deseos para el 2018