“Los sueños sí se hacen realidad“: Jaime Wolburg Ramos
Miguel Ángel Ocaña Reyes
Jaime Wolburg Ramos mejor conocido como “James Wolburg” es un joven orgullosamente vallartense de 22 años de edad, proveniente de dos de las familias originarias de mayor antigüedad en Puerto Vallarta y que han puesto en alto el nombre de este destino turístico.
Es sobrino de la profesora Josefina Chávez San Juan y Nieto de la señora Yolanda Contreras de Garduño, quienes desde muy pequeño le inculcaron el amor a su tierra y a lograr sus sueños sin importar los obstáculos.
La historia de James Wolburg dio inicio cuando empezó a bailar ballet clásico a la edad de 17 años, como complemento a su carrera como taekwondoín, aunque nunca se imaginó que el camino de la danza se convirtiera en su pasión, al grado de que a los tres meses de practicarla decidiera cambiar el taekwondo por el ballet, dos formas de trabajo muy diferentes.
“Comencé a entrenarme en la escuela “Pro Danza” bajo la dirección de la maestra Deborah Bravo, desde que me vio ella siempre me dijo que tenía el talento y las condiciones físicas para llegar muy lejos, y 100% ya que al principio como mis papás no sabían nada, ella nunca me cobró mensualidades, me compraba mis mallas y zapatillas. Gracias a Dios durante mis estudios tuve el apoyo de muchísima gente que creyó en mí por las ganas y el amor que yo le tengo al ballet y a lo que hago, como el apoyo de mi familia primeramente, mis papás Hugo Garduño y Sofía Fonseca, mis 2 angelitos que tengo en el cielo mi abuelita María Guadalupe Chávez San Juan y mi tía Celina Fonseca, amigos, padres de familia de la academia “Pro Danza”, maestros con los que trabajé por toda la Republica: Cleopatra Lozano, Eloy Barragán, Tita Ortega, Ana Torquemada, Cleya Verni, maestros de la escuela superior de música y danza en Monterrey, entre otros.”
La suerte toca a la puerta
Luego de entrenar durante tres años con diferentes maestros y escuelas en México, la suerte tocó a la puerta de James cuando tuvo la oportunidad de hacer una audición en los Cabos para el Joffrey Ballet School, una muy prestigiosa escuela de ballet que se encuentra en la Ciudad de Nueva York.
“Fui acreedor a una beca del 100% para comenzar mis estudios profesionales, las bases que adquirí en Puerto Vallarta fueron el trampolín para llegar a donde estoy, las primeras clases cuando yo no estaba consciente de mi amor por el ballet, fueron la clave para entender y trabajar mi cuerpo, ahí fue cuando comprendí que no se necesita ir muy lejos para tener un excelente nivel de ballet, sino trabajar con las personas correctas y así fue.”
“Durante 2 años estuve estudiando en el Joffrey, regularmente el programa dura 4 años, y en enero de este año mis maestros de allá me dijeron que ya estaba listo que no necesitaba 2 años más y que por mi edad también tenía que empezar a buscar una compañía para comenzar a trabajar profesionalmente y así fue, hice una video audición, me tomé un par de fotos y comencé a mandar mi currículum a diferentes compañías y escuelas también. Tuve respuestas de varias compañías pero querían que hiciera la audición personalmente pero se me dificultaba viajar a distintas ciudades en Estados Unidos o Europa por lo económico.”
Una nueva aventura
“En marzo tuve respuesta por parte del conservatorio de ballet de la Ciudad de Siena, Italia, “Ateneo della Danza” ofreciéndome una beca del 100% para hacer los últimos 2 años de la carrera profesional en Danza clásica pero más abajo también decía que el director de misma escuela era el director de la compañía de Ballet de la Ciudad de Siena “Balleto di Siena” y quería ofrecerme un contrato para formar parte de dicha compañía por 2 años para comenzar profesionalmente a bailar, me ofrecieron esta oportunidad porque vieron que tenía 5 años bailando y ellos querían que siguiera con mis estudios y que también comenzara a desenvolverme profesionalmente, así que bueno serán 2 años de mucho trabajo y muy pesados pero esto es lo que amo hacer y es mi pasión.”
James está consciente del reto al que se enfrenta, sin embargo, no desiste en su meta de realizarse profesionalmente como bailarín de ballet clásico, situación que lo llena de profundo orgullo, pues es el primer vallartense que logra desarrollarse con éxito en la danza clásica.
“No ha sido nada fácil, pero los sueños sí se hacen realidad, con orgullo puedo decir que soy el primer niño originario de Puerto Vallarta formado en ballet clásico y que ha estado por 2 años estudiando en Nueva York y ahora se va a Europa contratado por una compañía Italiana y becado para continuar con sus estudios, a una semana de irme quiero darles las gracias a todas esas personas que me han apoyado y han creído en mi pero sobre todo a Dios y a los que me cuidan allá arriba porque nunca me han dejado solo, me cuidan y me bendicen todos los días.”