Los derechos de la mujer; avanzando en un camino largo
Por: Roberto Franco Briones
La semana que acaba festejamos el Día Internacional de la Mujer, día por el cual todos los seres humanos deberíamos estar orgullosos, ya que aunque hace falta mucho por avanzar, la verdad es que se han ido dando pasos agigantados en beneficio de lograr la igualdad de género.
Hace 60 años era casi imposible que una mujer pudiera tener un trabajo que le permitiera desarrollar hacer una vida sin la necesidad de un hombre, pues se creía que la labor de la mujer estaba exclusivamente en su casa, al cuidado de sus hijos y de su esposo, y muy lejos de cargos profesionales bien remunerados.
Ahora, aunque la mujer todavía está lejos de lograr obtener los mismos derechos sociales y profesionales que los hombres, pueden mantenerse a sí mismas, andar por la calle solas sin ser juzgadas y tener una vida económicamente independiente.
Durante el III Foro Global de Empresas por la Igualdad de Género, se dio una cifra que si bien no llena las expectativas todavía, es merecedor de mucha alegría, porque el 22% de las mujeres ocupan cargos gerenciales, ¿hacen falta más? Sí, muchos más.
La pelea por ser vistas como iguales debe seguir estando en la agenda de todas las mujeres, pues es necesario que quienes salen a luchar todos los días por sus sueños y por asegurarse una vida digna ganen lo mismo que los hombres si es que desarrollan la misma actividad.
En México existen muchas mujeres que luchan día con día; empresarias, políticas, artistas, ingenieras, arquitectas, diseñadoras, licenciadas, doctoras, profesoras y muchas otras con distintas profesiones, luchan para sobresalir en un mundo en que muchas veces nosotros los hombres no se los permitimos por una idea machista que dice “no es tan capaz”.
¿En serio?, ¿cuánto tiempo más seguiremos con esa percepción errónea? ¡Es indispensable que salga de nuestra mente! En México hemos visto muchos ejemplos de superación y también tenemos mujeres con una astucia tan grande que logran partirse en 100 pedazos para lograr una vida familiar, laboral y social que en lugar de juzgar deberíamos admirar.
Además, tengo una noticia, la economía hoy en día no está como para forzar a la mujer a estar en casa, está para apoyarla a lograr sus objetivos. Entre más ingresos existan en el hogar y entre menos prejuicios heredados tengamos, más rápido y estable será el crecimiento económico de una familia, de una ciudad y de un país.