Los Avatares de “La Rotonda del Mar”
Voceros Incansables / Félix Fernando Baños
Cuando se instaló “La Rotonda del Mar” en 1996, siete de sus ocho esculturas monumentales se pusieron sobre un ancho hemiciclo con dos escalones, añadido al límite poniente del Malecón, continuando la manera en que se habían instalado allí las esculturas anteriores, excepto “El Niño Sobre el Caballo de Mar”, erigida desde 1976 en la playa, al eje de la calle Galeana.
Frente al hemiciclo se colocó la “Banca Orejona”, alineada como si formara parte de la hilera de bancas colocadas en el Malecón, sólo que vuelta hacia el conjunto escultórico y acompañada por dos “Niños” a cada lado. Los “Niños” restantes se distribuyeron dentro del hemiciclo.
No le gustó a Alejandro Colunga que “La Rotonda del Mar” hubiera quedado en semi rotonda. La Dirección de Obras Públicas le contestó que no habría sido prudente construir la rotonda completa, en atención a la poca anchura de esa playa y a su historial de marejadas, que la pueden volver sumamente peligrosa, circunstancias que desconocía el escultor.
Por la misma razón, el H. Ayuntamiento no había aceptado un pez-tobogán, que serviría como resbaladilla para que los niños se deslizaran por ella a la playa desde “La Rotonda del Mar”. Tampoco se realizó un sillón-cangrejo, que haría pareja con el pez-tobogán.
Años después, un grupo de damas muy representativas, organizó una marcha de protesta por el Malecón para exigir de la autoridad municipal que quitara de allí las esculturas de “La Rotonda del Mar”, por considerarlas adefesios horribles, que arruinaban la imagen tradicional de Puerto Vallarta y terminarían por ahuyentar el turismo, sobre todo el extranjero. En esa ocasión, las señoras llevaron cartulinas con proclamas similares a las que la aguerrida periodista Hilda Gartman había esgrimido años antes contra “Nostalgia” de Ramiz Barquet, a la que calificó como “las charamuscas con cabeza de cerillo”.
El 25 de octubre de 2002 el ciclón Kenna despedazó el hemiciclo.
En el fragmento sur resultante quedaron enhiestas la “Silla de la Aleta”” y dos “Niños”; en el fragmento poniente siguieron en pie las esculturas “Mago Corneta” y “Mago con Cabeza de Calamar”, así como un “Niño”; y en el fragmento norte la escultura “Mago Astrónomo” y el otro “Niño” que había en el hemiciclo.
La “Banca Orejona” se mantuvo en su lugar, al igual que las cuatro “Niños” que la acompañaban en el Malecón.
“El Mago con Escafandra” y la “Maga Buza” fueron arrastradas por el oleaje; la primera quedó tumbada boca abajo frente a lo que había sido “La Rotonda del Mar”, y la segunda, en igual posición, media cuadra más al norte, perdiendo ambos pies.
La “Silla Pulpo” se hizo añicos, la mayor parte de los cuales se perdió en el mar. Le tocó estar a la mitad de la fractura de la losa, de manera que primeramente se partió en pedazos y luego se desmenuzó.
“La Rotonda del Mar” se restauró en 2003. La próxima vez contaré esa nueva historia. fbanoslopez80@gmail.com