La Liga de la Justicia: El épico desastre de DC

La Liga de la Justicia, un filme que se basa más en mostrar adultos disfrazados frente a una pantalla verde, en lugar de contar una historia interesante.

Por: Sebastián Hernández

No sé qué persona pueda ser tan positiva para aun esperar algo bueno de las películas de superhéroes de la Warner Brothers (ya no se diga de las películas de superhéroes en general), cuando todo lo que nos han traído en los últimos años ya ha sido olvidado por el público, gracias a su pésima calidad.

El cine basado en personajes de historietas tuvo un momento en el que prometía ser algo más que meros efectos especiales (aproximadamente en el 2012, cuando culminaba la trilogía de El Caballero de la Noche, y se estrenaba Los Vengadores, tan anticipada por muchos), pero hoy en día se encuentra estancado en una mediocridad que no se permitirían ni los realizadores más amateurs.

Y este fin de semana nos tocó vivir el estreno de La Liga de la Justicia, un filme que se basa más en mostrar adultos disfrazados frente a una pantalla verde, en lugar de contar una historia interesante. La cinta nos muestra cómo el equipo de superhéroes, conformados por La Mujer Maravilla, Aquaman, Flash, Superman y Cyborg, liderados por Batman, se enfrenta a un antiguo ser que amenaza con aniquilar a nuestro mundo.

Podría explicar por qué esta película es un fracaso, pero sería enumerar los mismos errores que siempre vemos en este tipo de filmes, y de los cuales ya he escrito en ediciones pasadas; básicamente todos los departamentos encargados de esta cinta, salvo tal vez, el diseño de producción e iluminación, hicieron el esfuerzo mínimo para que a esto pudiera llamársele cine. No hay una sola escena que valga la pena mencionar, y el guion es un 90% introducción de personajes y flashbacks innecesarios.

Pero, ¿por qué sucede esto? Teniendo el presupuesto para sumar a su equipo a mejores guionistas y directores, ¿por qué seguimos viendo la misma basura una y otra vez? Mi teoría es que los grandes estudios prefieren hacer grandes promesas en lugar de hacer grandes películas. Vale más anunciar con años de anticipación que realizaras una película con Batman y Superman peleando entre ellos, que ponerte a pensar cómo lograrás hacer algo bueno de eso. De todas formas, tendrás millones que irán a verla y comprarán palomitas sobrevaloradas junto con su litro de refresco.

Yo sólo espero que esta competencia insulsa entre Marvel y DC termine pronto, y que volvamos a vivir esa época sin universos cinematográficos que no sirven más que para forzar personajes, y regresemos al cine tradicional de superhéroes, ese que no necesita que veas cinco filmes malísimos para entender uno todavía peor.