Sobre la comida basura
De Fogones y Marmitas
Desafortunadamente no es sólo el exceso de peso. Son las consecuencias en la salud lo que debería preocuparnos a todos; pueblo y gobierno. Como plaga del apocalipsis nos azota el cáncer, la diabetes y otras enfermedades relacionadas con el consumo de alimentos preparados. No cocinados.
El gran ventanal de vidrio hacía la avenida permitía mirar hacía el interior de la tienda de hamburguesas de una marca global. En una mesa cerca de la ventana, un mujer obesa de mediana edad acompañada de dos niños de no más de doce años, ya con signos de temprana obesidad, comían con fruición sendas hamburguesas acompañadas de una generosa porción de papas fritas y altos vasos de refrescos de cola.
Esta escena, que se repite en cualquiera de las múltiples tiendas de las múltiples ciudades de nuestro país, no impresiona a la mayoría de la población que la considera normal; una madre mostrando signos evidentes de una mala alimentación llevaba a sus hijos por el mismo camino de una nutrición ilusoria.
La desinformación, la pérdida de interés por cocinar, el status quo social, la indiferencia de autoridades de salud, propician que esta escena se repita e incida en las estadísticas mundiales que ya incluyen a México como uno de los países con mayor número de población obesa en el mundo. Incluyendo infantes.
Desafortunadamente no es sólo el exceso de peso. Son las consecuencias en la salud lo que debería preocuparnos a todos; pueblo y gobierno. Como plaga del apocalipsis nos azota el cáncer, la diabetes y otras enfermedades relacionadas con el consumo de alimentos preparados. No cocinados.
Nuevas generaciones
Las nuevas generaciones de mujeres renuncian por millares a su noble deber de alimentar a la familia, tal como lo hicieron miles de generaciones anteriores. La hermosa costumbre de comer al mismo tiempo, los mismos platos, alrededor de la misma mesa y a la misma hora, se ha ido perdiendo porque ya las mujeres han conquistado la igualdad con los hombres dejando un enorme hueco en la cocina y en la salud de su familia. Todo ello en nombre del progreso.
¿Es en nombre de ese progreso ilusorio que hemos ganado el bienestar social que nos permite tener una casa más cómoda, un auto más moderno, ropa más a la moda y que simultáneamente nos ata de por vida a un régimen económico que nos subyuga?, que, por otra parte, ¿separa a la familia en bloques y no permite a los padres educar a sus hijos?, ¿es ese el camino en busca de la felicidad que todos los seres humanos deseamos?
Creo que el meollo del asunto es que la humanidad; la nuestra, la mexicana, se ha alejado de los sabios principios sobre la comida que conducían a nuestros ancestros indígenas que la relacionaban con sus dioses y por tanto la veneraban.
Muchos dioses se relacionaban con la comida, en lo más alto de los cielos se hallaban “los dioses de nuestro sustento”; Tonacatecuhtli y tonacacihuatl, la pareja creadora del mundo y padres de los otros dioses; Tlaloc, dios de la lluvia, vivía más abajo con su compañera Chalchuhtlicue, la diosa de las aguas terrestres, de los lagos y arroyos. Chicomecoatl, era la diosa de los mantenimientos, tanto de lo que se come como de lo que se bebe; el dios del fuego y el hogar era Xiuhtecuhtli Huehueteotl, quien cocinaba los alimentos.
La leyenda de la hamburguesa
Jamie Oliver y su lucha contra McDonald’s (y la comida basura) Por Christian Pérez) https://bit.ly/2tMIpQ8
Fue en marzo del año 2010 cuando el chef británico Jamie Oliver se lanzó contra la comida basura a través del programa de televisión estadounidense en el que debutó, cuando explicó a los habitantes del pueblo de Huntington (donde prácticamente la mitad de la población tiene obesidad), que su dieta a base de comida rápida les iba a matar.
Fue en ese año cuando, en su ya mítico Jamie Oliver’s Food Revolution, que siguen millones de personas tanto en Reino Unido como en Estados Unidos, emprendió una campaña contra McDonald’s con el fin de promover una alimentación más saludable por parte de la ciudadanía, y denunciar, a su vez, las prácticas criticables que en teoría empleaba la multinacional estadounidense en la elaboración de algunos de sus productos cárnicos.
Así, poco tiempo después, el chef icono de la cocina moderna consiguió demostrar cómo la cadena de comida rápida McDonald’s hacía sus populares hamburguesas y nuggets de pollo.
Durante el programa Food Revolution, Jamie Oliver consiguió demostrar que la parte más grasa de la carne utilizada para las hamburguesas de McDonald’s son lavadas y remojadas en hidróxido de amonio con el objetivo de atacar y eliminar los microbios que existen en partes de la res que no son aptas para el consumo humano. Luego son utilizadas para confeccionar la propia hamburguesa en sí.
En relación a los también populares nuggets de pollo, después de seleccionarse las “mejores partes”, el resto del producto está formado por cartílagos, vísceras, huesos, grasa, pellejos, cabezas y patas. Todo ello son sometidos a un licuado (separación mecánica), desodorada, decolorada, reodorizada y repintada con melcocha farinácea, frita, y para luego ser rehervido en aceites en general parcialmente hidrogenados.
La conclusión es –por tanto- sencilla: nos encontramos ante dos productos que, aunque sean en un primer momento de origen animal, no son ni mucho menos saludables ni adecuados desde un punto de vista nutricional.
Fue en el año 1999 cuando su primer programa de televisión, llamado The Naked Chef, fue originalmente emitido, a la vez que su libro de cocina llegó a convertirse en un auténtico bestseller en el Reino Unido. Este mismo año fue invitado con el fin de preparar un almuerzo para el primer ministro de entonces, Tony Blair, en su domicilio del 10 de Downing Street.
Poco tiempo después el cocinero británico se trasladó a Canal 4, en el Reino Unido, y en el año 2005 inició una campaña llamada “Feed Me Better” con el fin de que los escolares británicos se movieran hacia un mayor consumo de alimentos naturales y sanos, y contra la comida basura. Desde entonces, Jamie Oliver ha destacado por convertirse en un referente en la defensa de la comida sana y contra las cadenas de comida basura y rápida.
La ironía
Siendo nuestro país tan rico en cocinas autóctonas, variadas, sabrosas y nutritivas, no deja de ser una ironía que una grande parte de la población se alimente con comida inadecuada para su salud, pues un huarache de masa de maíz cubierto con frijol refrito, queso y verduras, luego bañado con una salsa en base a jitomate es más nutritivo que cualquier hamburguesa de comida rápida.
La escena descrita en el párrafo inicial del presente texto, ha quedado grabada en mi memoria como un símbolo de la desinformación al grueso de la población, de la indolencia en las instituciones educativas que permiten el comercio de alimentos no nutritivos, y la indiferencia de las autoridades que están ahí para cuidad nuestra salud.
Es evidente que en nuestro país hace falta un valiente que inicie y mantenga una campaña como la que hizo Jamie Oliver en Inglaterra: “Aliméntame mejor”.
Finalmente, vale hacerse una pregunta; ¿estaremos sufriendo un castigo de Coatlicue, la diosa de la tierra entre los aztecas, por haber olvidado que la comida es lo más preciado para los hombres? Entre los indígenas el castigo final era morir y ser devorados por la tierra. Entre nosotros sería ser devorados por el cáncer, la diabetes y otros males del corazón. ¡Que Dios nos agarre confesados!
El autor es anlista turístico y crítico gastronómico
Sibartia01@gmail.com
Elsybarita.blogspot.mx