La casa de las luces danzantes de Don Ramón Ayala
- Aproximadamente diez mil focos multicolores se iluminan al rimo de la música
Por: Miguel Ángel Ocaña Reyes
Proveniente de Guadalajara pero radicado en Puerto Vallarta desde hace 27 años, el señor Ramón Ayala vive fervientemente las fiestas decembrinas, y es por eso que desde hace diez años dedica parte de su tiempo a iluminar su casa con luces multicolores para contagiar a sus vecinos y a los vallartenses en general de este sentimiento de calidez a la ciudad.
Su casa ubicada en la calle Lago Superior entre Río Nilo y Río Papaloapan, es un verdadero espectáculo de luces sin igual en todo Puerto Vallarta, pues aproximadamente diez mil focos multicolores danzan al ritmo de la música dejando a conductores y peatones una grata sensación de satisfacción al recordar con entusiasmo que se viven las fiestas decembrinas.
El origen de esta tradición se remonta a una década, cuando la familia de Don Ramón Ayala sentía que en Puerto Vallarta no se vivía la temporada con la intensidad de otras ciudades, por lo que decidió emprender este proyecto que es realmente de llamar la atención.
“Llegué aquí y sentíamos que le faltaba algo al fraccionamiento, ya había mucha gente viviendo, pero nadie adornaba, entonces mi familia me decía, vámonos a Guadalajara o a Tepic, allá se siente más la Navidad, y yo les dije, no, les voy a adornar la casa para que se sientan que andan allá, y me puse a adornar, y desde entonces la gente empezó a pasar y decía qué bonita, y cada año fui aumentando. Al principio toda la casa era blanca, y era con los foquitos incandescentes, pero empezaron a salir los focos led que son más bonitos y le puse más luces, yo creo que son aproximadamente diez mil luces las que iluminan la casa.”
Para Don Ramón es un placer iluminar su casa, mismo gusto que le da compartirlo con sus vecinos, peatones y automovilistas que circulan frente a su casa, lo cual ha hecho que cientos de personas pasen por su calle para disfrutar el espectáculo de luces que ofrece.
“Previo a Navidad hay fila de coches que vienen a ver la iluminación, y se pitan unos a otros que entre broma y broma se dicen, “Ya me toca” y cosas así, yo les digo, párense y tómense la foto, porque también mucha gente que pasaba no sabía que tenía música, algunos comentan que ya tenían cinco años viviendo aquí y no se habían dado cuenta, cuando yo logro ver que alguien se para a ver, lo llamo para invitarlo a que vea el espectáculo de luces…”
Para el señor Ramón Ayala es un orgullo iluminar su casa, y lo comparte con su familia, quienes lo apoyan y ayudan a realizar todo, su esposa Libia y sus hijos, Nuria, Francia y Juan Manuel Ayala
La casa de las luces danzantes permanecerá encendida hasta los primeros días de enero cuando concluya la temporada decembrina.