Forjar acuerdos, elemento imprescindible para la vida política

Red Interna / Humberto Famanía Ortega

Mi respetado y querido amigo Don Porfirio, siempre a volar alto, mirar lejos y sentir profundo

El pasado viernes 29 de abril del presente año, fui testigo del homenaje a Don Porfirio Muñoz Ledo por sus 70 años de lucha democrática en nuestro amado país. Se llevó a cabo en la sede del antiguo palacio de la cámara de senadores en la Ciudad de México. Fue un gran honor acompañar a tan ilustre personaje, muchos lustros de conocerlo, el valor de la amistad es para hombres y mujeres bien nacidos. Fueron momentos de grandes nostalgias de seres que se han dedicado a servir con emoción e inteligencia a la vida pública, con capacidad y honestidad.

Siempre me he caracterizado por ser un ferviente agradecido de quienes han sido mis maestros a través del paso por la vida, uno de ellos Don Porfirio, a quien tengo el placer de conocerlo desde hace muchos años, siempre tratando de aplicar esos conocimientos que por su legado trascienden a gran velocidad. Sin duda, es uno de los protagonistas de nuestra transición, forjador de acuerdos, al igual que constructor de instituciones que dan vida y sustento a la democracia. Sigue siendo un elemento imprescindible para la acción política, su experiencia es fuente de riqueza.

Persona de grandes principios, que se caracteriza por su sinceridad al expresar sus ideas y posiciones, ha preferido, como un hombre de grandes principios, pagar los costos políticos de la dignidad, situación que lo engrandece indudablemente. La verdad, pocos políticos pasarán a la historia como grandes estadistas, el tiempo lo ubicará por sus memorias, muchas de ellas impresas en varios libros e infinidad de entrevistas.

Los hechos de su gran obra están al alcance de todos, verdadera satisfacción estar a su lado cuando así sea requerido. Hombre conciliador dispuesto a construir grandes acuerdos por el bien de la nación.

Un hombre se mide por los problemas que pueda resolver, respaldado por sus principios y preparación, pero sobre todo, por su capacidad para persuadir a la opinión pública sobre la ruta democrática a seguir. No me canso de insistir en que cuando tienes vocación de servicio, esta se transforma en servicio con el poder de servir, así ha sido el actuar en estos tiempos del licenciado Muñoz Ledo.

Al ocaso de su vida, él sigue luchando por una verdadera transformación basada en los derechos fundamentales de la libertad, basada en el respeto para alcanzar un bienestar creciente y armónico con instituciones fuertes y confiables.

En lo personal, siempre he tenido grandes deferencias del personaje homenajeado, ha visitado en diversas ocasiones a este paraíso, nuestro amado Puerto Vallarta Jalisco, sintiéndose como en casa.

Siempre conduciéndose con sencillez, tiene aprecio especial por mi familia, y es un honor, somos amigos en las buenas y en las malas. Nos consta que es un gran pensador, es un polemista auténtico y arquitecto de muchas instituciones, luchador constante de la historia moderna en la búsqueda permanente para constituir una gran nación, fuerte, unida y justa, anhelo de muchos mexicanos.

Siempre ha existido nuestro agradecimiento por caminar en la vida, con guía y brújula, y contar con amigos como el licenciado Porfirio Muñoz Ledo, que con sus orientaciones nos permite fortalecer nuestro amor por nuestra bendita Patria. Lo cierto es que en la historia de esta gran nación, habrá de consignar claramente las grandes aportaciones que ha hecho a la Republica en todos los ámbitos. Cómo no agradecerle por 70 años de lucha constante por la búsqueda de una verdadera democracia.

Mi respetado y querido amigo Don Porfirio, siempre a volar alto, mirar lejos y sentir profundo, elementos que posee por su convicción de ser un mexicano a carta cabal. Admiración por su invaluable trabajo por las causas nobles y más significantes para la buena marcha de todos los mexicanos. Gracias por ser mi amigo porque lo siento en lo profundo de mi corazón.

Uno de los artífices del cambio democrático, loa al gran Maestro.