Cómo es extrañar nuestra ciudad

Caitlin tiene toda la intención de regresar el año escolar entrante, y está luchando para lograrlo

Por: Néstor Cabral Biurcos

“Para el hombre, como para el pájaro, el mundo ofrece muchos sitios doónde posarse, pero nidos solamente uno: su hogar.” -Oliver Holmes

Puerto Vallarta, así de pequeño y así de hermoso. Tal vez nosotros no lo veamos, o de tanto que lo vemos, estamos acostumbrados y no notamos lo diverso y colorido que es nuestro país, nuestra gente, nuestra ciudad. Somos, todos, bastante afortunados de vivir en un lugar donde sea sencillo llegar de un lado a otro, sin tener que engentarnos en líneas de metro, o no tener que preocuparnos por la densidad de la contaminación del aire. Incluso la delincuencia en nuestra ciudad, aunque no estoy diciendo que no esté presente, es mínima si la comparamos con lugares con cientos de miles de personas más que los que Puerto Vallarta tiene. A lo que voy es que somos afortunados, tanto, que no lo valoramos, no lo valoramos, hasta que nos toca irnos de aquí.

En lo personal, me queda mucho tiempo para poder sufrir de esta manera y dejar de vivir en la ciudad que me ha acogido por ya 16 años. Más, he sido testigo de un par de ejemplos que me causan tristeza, de personas que se fueron de esta ciudad y la extrañan fuertemente, todo lo que aquí tenemos. Mi hermano mayor, de ya 19 años, se fue a estudiar su licenciatura a Lagos de Moreno, de la cual seguido viaja a Guadalajara por motivos escolares y/o personales. Ya es costumbre que al oírlo hablar, ya sea con mis papás o conmigo mismo, encuentra la manera de poder comparar algo de lo que está viviendo, y contarnos cómo aquí en Puerto Vallarta es mejor.

Una de sus quejas más habituales es la del clima, el cual es completamente diferente al que tenemos aquí, y tristemente aún no está acostumbrado. Después, la comida, la cual sin discusión en su opinión siempre será más variada, y por lo tanto, mejor aquí, cosa con la cual coincido. Finalmente, luego termina diciendo cómo las personas de aquí siempre lo trataron bien y fueron amables en todo sentido, dice que se nota el calor de la gente en Puerto Vallarta, y eso lo extraña y mucho.

Recientemente he podido ser parte de un ejemplo parecido a esta situación que estoy planteando. Hace dos años, una compañera del colegio llamada Caitlin O ‘Sullivan por motivos los cuales estoy seguro ella no coincide, fue mandada a una escuela de tiempo completo en Londres, Inglaterra. Ella es de origen Irlandés, pero con un alma mexicana. Mudarse de Puerto Vallarta, su hogar, sin duda fue algo difícil, lo cual actualmente le está causando mucho dolor. No vive feliz en donde está, está molesta, se siente triste, y desearía tener la oportunidad de seguir aquí.

Cuando se marchó de esta hermosa ciudad, dejó con ella a sus amigas, a sus amigos y a alguien más. Sus padres y dos hermanas, quienes siguen viviendo aquí, todo esto junto a la vida a la cual estuvo acostumbrada por años.

Recientemente, Caitlin ha sufrido mucho de la nostalgia que le tiene a esta ciudad, que sin ser de raíces mexicanas, ella se identifica mucho con nuestra ciudad, algo que se aprecia mucho desde mi punto de vista, cómo alguien de una nacionalidad completamente diferente, puede llegar a sentirse tan conectada con lo que México representa. Esa es una de las pocas razones por las cuales creo, personas así son las que valen la pena que vivan aquí, y me gustaría pensar que así como ella quiere a nuestro país y nuestra gente, nosotros como locales, queramos a nuestro país y a nuestra gente.

Caitlin tiene toda la intención de regresar el año escolar entrante, y está luchando para lograrlo. Intentando convencer a sus papás, llenando formas de peticiones para que se vea la prueba consistente de así como ella necesita de este lugar, las personas que vivimos en este lugar necesitamos de ella. Deseo inmensamente que lo que ella desea, se pueda hacer realidad. Lo más importante antes que nada, es ser feliz, y para ser feliz tenemos que empezar por encontrar un hogar, y ella ya sabe en dónde está el suyo.

Con esto los dejo y los invito a pensar en qué afortunados somos, y cómo vivimos en un paraíso del cual se puede fácilmente envidiar. Me atreveré a pedirles 2 minutos de su tiempo, y de ser posible, que lean esto en la página web del Vallarta Opina, puedan entrar a este link que les dejaré y puedan firmar la petición para que ella regrese: http://bit.ly/2E9c6mz

¡Muchas gracias por leer y que tenga una excelente fin de semana!