Exorcismos

SanaMente / Ana Paula González Toledo / Psiquiatra

Los pacientes psiquiátricos de la actualidad, eran los endemoniados del pasado

Los pacientes psiquiátricos de la actualidad, eran los endemoniados del pasado. A través de la historia de la humanidad, se han descrito alteraciones de la conducta, comportamientos complejos y aparentemente sin sentido, que asombran y que generan interrogantes, que en ocasiones parecen no tener explicación lógica. Casos ante los que los médicos comenzamos a dudar de la ciencia, y hasta llegamos a bromear con la posibilidad de que se trate de espíritus malignos, situaciones místicas, religiosas o “fantasmales”. 

Últimamente he leído casos de personas con síntomas raros, que exhiben comportamientos no característicos de la enfermedad mental. Debo aceptar que incluso cuando los leo, siento morbo y algo de miedo. He discutido algunos casos con colegas de distintas especialidades con la esperanza de que entre todos encontremos las causas probables del malestar del paciente, y coincidimos en que algunas cosas escapan de nuestra comprensión.

El psiquiatra estadounidense Richard Gallagher, quien es experto en el tema, describe cómo un individuo poseído puede repentinamente, en una especie de trance, pronunciar declaraciones de asombroso veneno y desprecio por la religión, mientras comprende y habla varios idiomas extranjeros previamente desconocidos para él.

Los pacientes expresan “conocimiento oculto” de todo tipo de cosas, como cómo murieron los seres queridos de un extraño, qué pecados secretos ha cometido, incluso dónde se encuentran las personas en un momento dado. Estas son habilidades que no pueden explicarse excepto por una habilidad psíquica especial o sobrenatural.

Los exorcismos son ritos por medio de los cuales los sacerdotes logran liberar a una persona de una posesión. El primer exorcismo documentado lo realizó Jesucristo y está descrito en los evangelios. Los exorcismos suceden en distintas sociedades alrededor del mundo, dependiendo de la cultura del individuo, será el “ente” que lo posee.

Hace unos días un colega me compartió que atendió a una paciente psiquiátrica, me contó que los familiares acudieron angustiados, refiriendo que sin duda se trataba de una posesión demoníaca, y el médico acompañado de un cura, observaron con asombro a una mujer retorcerse y hablando con voz gutural en una lengua extraña que, al activar el detector de idiomas de Google, resultó ser Arameo. El médico volvió al día siguiente, y encontró a la mujer cubierta de cucarachas que permanecían encima de su cara y cuerpo aunque ésta se moviera súbitamente o hablara, entre otras cosas.

Mi opinión es que cuando las circunstancias (por ejemplo; alguien que se encuentre bajo mucho estrés o trauma dentro de un entorno que sea ultra religioso y de escasos recursos socioculturales, así como que las propias creencias y deseos del paciente coexistan con algunos rasgos de la personalidad histriónicos o esquizotípicos, además de un algún padecimientos psiquiátricos poco comunes, como puede ser el trastorno disociativo, o enfermedades infecciosas como la encefalitis viral), dan la rarísima y desafortunada casualidad de coincidir, es que este tipo de fenómenos físicos y psíquicos, aparecen y son fácilmente confundibles o interpretados como posesiones, cuando en realidad se pueden explicar por medio de la ciencia, y aliviar con distintos tipos de manejos farmacológicos adecuados.