El Unicornio de la Buena Fortuna
Voceros Incansables / Félix Fernando Baños
“El Unicornio de la Buena Fortuna” es un bronce, vaciado a la cera perdida, con pátina entre azul y verde claro, y firmado en 2007 por el maestro Aníbal Riébeling Gutiérrez. Se encuentra instalada en el Malecón, al eje de la calle Leona Vicario.
Es posible que los espectadores no alcancen a ver en “El Unicornio de la Buena Fortuna” lo que sí imaginó el autor: un caballito de mar en otra forma, transformado mágicamente en unicornio al salir del océano, y que describan la escultura haciendo referencia a cosas muy diferentes a un hipocampo.
Esta diferencia entre lo que ve el autor en su obra y lo que ven los demás en ella, lo planteó muy bien Antoine de Saint- Exupéry al comienzo de “El Principito”, cuando escribe que los adultos veían un sombrero en su dibujo número Uno, por lo que se vio obligado a hacer su dibujo número Dos, un corte sagital del dibujo anterior, donde se mostraba lo que el autor -un niño- veía y los adultos no: que el supuesto sombrero era en realidad una boa digiriendo un elefante.
Esta escultura ha tenido tres instalaciones:
La primera se hizo en el Malecón en enero de 2011 entre las calles de Pípila y Leona Vicario, habiendo sido develada por el Presidente Municipal licenciado Salvador González Reséndiz.
La segunda fue entre octubre y noviembre del mismo año 2011.
La empresa West 8 Urban Design & Landscape Architecture b.v., subcontratista de Trama Arquitectos, S.C./Estudio 3.14, la empresa que fusionó en una sola losa la banqueta y el arroyo del Paseo Díaz Ordaz con el Malecón, dispuso que “El Unicornio de la Buena Fortuna” se pusiera al eje de la calle Allende.
Pero, tras la sonada protesta del maestro Pedro Tello, tuvo que cederle dicha ubicación para su conjunto escultórico “Origen y Destino”, ya que dicho emplazamiento le había sido acordado por el H. Ayuntamiento desde 1999 y confirmado por el H. Ayuntamiento en funciones. Y ya que estaba momentáneamente vacío el sitio destinado a “La Naturaleza Como Madre”, pues el maestro Adrián Reynoso se la había llevado a Guadalajara para su mejor restauración, West 8 se aprovechó para poner en su lugar “El Unicornio de la Buena Fortuna”, pero en vez de conservar su pedestal de 1.80 m. de altura, irresponsablemente la instaló sobre otro de 43 centímetros de alto, en contra de la voluntad del autor y a pesar de sus inútiles reclamos al H. Ayuntamiento, quien sólo tenía prestada la obra y debió haberla protegido. Los daños que le provocó la depredación del público a lo largo de los años fueron graves.
Finalmente, la Dirección de Mantenimiento de Bienes Inmuebles e Intendencia del H. Ayuntamiento, a petición del Instituto Vallartense de Cultura, cambió en julio de 2021 la base puesta a el “Unicornio de la Buena Fortuna” en 2011, por otra del mismo estilo troncocónico, pero con una altura de 1.70 m.
Contacto: fbanoslopez80@gmail.com