“Hay días en los que crees que no vas a despertar” Guille, paciente con coronavirus
Por: Miguel Ángel Ocaña Reyes
Guille es una mujer trabajadora que muy consciente de la contingencia siguió todas las indicaciones para protegerse del contagio de coronavirus, sin embargo, una compañera de trabajo irresponsable, decidió que no pasaría nada si se iba de campamento durante la etapa más alta de contagios, regresó a laborar cuando ya tenía el virus, mismo que contagió a todo el departamento.
En entrevista, Guille comparte cómo es la experiencia de vivir la enfermedad abrumada por el dolor, y con el temor día a día de no saber si despertará mañana, pues todavía le faltan ocho días para que pueda superar la enfermedad.
¿Cuáles fueron los primeros síntomas?
Yo empecé como si fuera una gripa, el primer día lo sentí como una gripa, el segundo día como agripada y un malestar en los pulmones, un dolor fuerte en el área de la espalda a la altura de los pulmones, es fuerte, es un dolor que te deja respirar, pero cada vez que exhalas aire o que quieres llenar tus pulmones, duele, sientes como si te hubieran golpeado muy fuerte, esos fueron los primeros síntomas.
¿Ya en casa cómo has llevado la enfermedad?
Después, ya cuando me dan la incapacidad, fueron días de mucha fiebre, mucho dolor, aun cuando te dan el paracetamol que es lo único que puedes tomar, te calma el dolor, pero no te lo quita, entonces tienes que encontrar la posición en que te lastime menos la espalda, te aconsejan mucho acostarte boca abajo, en mi caso no es funcional porque son una persona con obesidad, entonces el acostarme boca abajo, implicaba apretar el abdomen que también te duele, y te duele lo que son las costillas, a la altura de las costillas es un dolor intenso, entonces realmente es muy incómodo porque no encuentras una posición en la que tú puedas dormir o puedas estar en casa, en cama, sin que te duela tanto, entonces de repente encuentras posiciones medio extrañas, todas chuecas, aunque encuentres alivio, pero eso ya después te trae dolor del cuello o de otro tipo de dolor muscular, te dan calambres, te dan piquetes en el cuerpo, como si te estuvieran picando con un alfiler, hay días en que te duelen las piernas como si hubieras hecho muchísimo ejercicio, que sientes que te tiembla, de duele el músculo…
¿En tu caso tuviste tos?
El toser es otro reto bastante fuerte, porque al momento en que tú sacas el aire, pues también esa liberación de presión que haces con el pulmón es un ejercicio que te lastima, entonces a veces no quieres toser, medio toses, medio limpias tu garganta, porque lo que no quieres es sentir el dolor, ese sí es un proceso difícil, el que toses, y el dolor, la punzada en alguno de los pulmones a veces en los dos.
¿Alguna vez habías sentido un dolor similar?
Ninguna enfermedad se compara a esta, hace tiempo yo fui fumadora, fumé mucho tiempo, y cuando me daba tos, sí me daba un ligero dolo en el pulmón, alguna vez que me dio un tipo de pulmonía, una neumonía, que me puse muy mala, que fue cuando dejé de fumar, porque me sentía mal, pero no se compara el grado de dolor, yo creo que el dolor que yo sentía en ese entonces, en la escala del uno al diez fue cuatro, si tú me preguntas qué dolor sentiste ahora, te voy a decir once, porque es un dolor de verdad horrible, al que no encuentras alivio, ninguna manera de acomodar tu cuerpo…
¿Te cuesta trabajo respirar?
Mi respiración obviamente sí se agitaba un poco por el mismo dolor, pero yo seguí respirando normal, no tuve ningún problema.
¿Tuviste mucho flujo nasal?
No tuve tanta mucosidad, con una gripa me refiero, a sí un poco de mucosidad, pero más que nada el cuerpo cortado, escalofrío, un poco de irritabilidad sin llegar a una fiebre muy alta, así como comenzó, como si fuera un resfriado.
¿Qué medicamentos te dieron?
Lo único que puedes tomar es paracetamol, en mi caso, me dieron otro medicamento porque yo lamentablemente no me puse la vacuna de la influenza, entonces me trataron para influenza, no recuerdo el medicamento, pero realmente es un tratamiento para la influenza, el cual obviamente no te ayuda porque no tienes influenza, y en el caso del COVID lo único que puedes tomar es paracetamol, no dan ningún otro medicamento, te dicen que lo complementes con vitaminas, pero no puedes tomar ninguna otra cosa.
¿Qué otros síntomas tuviste?
En mi caso me dio vómito, cuando comía vomitaba todo lo que comía, no retienes la comida, el olfato pues pierdes el sentido del olfato, no hueles, la comida no te sabe, el sentido del gusto no lo tienes, no te da hambre, no es que no te duela, o que no quieras comer, simplemente es que no te da hambre, y lo poco que comes, muchas veces lo terminas desechando porque no te cae en el estómago, lo único que te dicen es que te fuerces a comer, que trates de buscar alimentos en la gama de las frutas y verduras que te puedan ayudar a retener y que no forces al estómago, pero obviamente por eso te dicen que si tienes alguna manera de complementarte con vitaminas lo hagas, porque al final del día todo lo que comes va para afuera.
¿Tomar líquidos?
De hecho, tienes que mantenerte hidratada por lo mismo, porque tienes vómitos, en mi caso no me dio diarrea, pero sí sé que en algunos casos tienes diarrea, dicen que te tienes que mantener muy hidratada, que te tienes que apoyar de agua, suero, y básicamente tu alimentación se convierte en eso, en jugos, sueros, fruta…
¿Sentiste molestia en la garganta?
A mí se me irritó, no te duele como si fuera una amigdalitis, pero sí es una irritación, te sientes lastimada, te duele mucho la cabeza, el dolor de ojos en mi caso no fue tanto dolor de ojos, pero la luz te lastima, cualquier luz, celular, televisión, luz del foco, luz del sol, cualquier tipo luz, no puedes mantener los ojos abiertos porque te lastima.
¿Es la peor enfermedad por la que has pasado?
Sí, creo que sin duda es la peor, y mira que ya me dio dengue, chikunguña, de niña me dieron todas las enfermedades, fui muy enfermiza de la garganta, me enfermaba de amigdalitis, y nunca me había sentido tan mal como esta vez.
¿Cómo ha sido el alejamiento familiar?
En mi caso ha sido muy difícil decirle a mi mamá, no vengas, yo nada más tengo aquí en Vallarta a mi mamá, obviamente a mi pareja, pero el tenerle que decir a mi mamá, no quiero que te pares aquí, y que ella te diga quiero verte, quiero abrazarte, es muy difícil, afortunadamente tengo una pareja que me apoya, que me dice échale ganas, come poquito, y está atrás de mí tratando de levantarme el ánimo, pero sí anímicamente es una enfermedad que emocionalmente te puede desgastar mucho, porque debes tener fuerza para seguir y tener fuerza para decirle a los que están cerca de ti, estoy bien, aunque no estés tan bien…
¿De qué manera cambió tu vida esta enfermedad?
Pues ahorita no creo que una enfermedad así me vuelva a dar, pero obviamente creo que, si al principio exageré en los cuidados, pues ahora voy a exagerar un poco más. Creo que como persona es aprender a seguir adelante, los vínculos familiares fortalecerlos y no tanto presenciales, sino aprender a decir y hablar con las personas en su momento, y no decir va a haber un mañana, porque esto me demuestra puede no haber un mañana, porque creme que hay días en los que crees que no vas a despertar, entonces tienes que aprender, y te enseña a decirle a la gente en su momento, “te quiero”, o “vamos a limar asperezas”, o “vamos a llevar el día a día bien”, obviamente ya no planeo nada a futuro, porque no se sabe si vas a tener futuro, tal vez proyectos más a corto plazo, esto te enseña que sí tenemos que ser un poquito más duros con el entorno que nos rodea y poderle decir a las personas que están cerca también “te tienes que cuidar”, porque ahora sí ya en mi caso pueden ver que si tú no te cuidas, no me cuidas a mí, y si yo no me cuido, no te cuido a ti, desgraciadamente en mi trabajo fuimos todo el departamento el que cayó enfermo, entonces tuvimos que ausentarnos y el trabajo al final del día va y viene, pero las personas no.
¿Qué mensaje le darías a la ciudadanía?
Si tu no te cuidas, no vas a cuidar al de al lado, entonces es decir, me voy a cuidar yo, para que el de al lado esté sano, y decirle al de al lado que se cuide, y yo creo que sí estamos a tiempo de decirle a las personas que están a nuestro lado, cuídate, porque si tu no te cuidas, no me estás cuidando y esto se va a hacer mucho más grande, que fue lo que a mí me pasó, yo les decía “cuídate”, y me decían, no pasa nada, y no tuve tal vez la voz para decirle te tienes que cuidar, no es opcional, entonces también es esa parte de mí que me dice, ahora no es pedir el favor, es pedir, exigir, y de alguna manera hacer ver a la gente que se tiene que cuidar.
¿Cuánto tiempo falta para que te den el alta?
Ocho días, faltan ocho días para decir ya, en teoría, hace rato hablé con el médico, me decía, te oyes bien, síguete cuidando, síguete alimentando, incrementa la ingesta de minerales, de frutas, de vitaminas, porque viene la etapa en la que te recuperas y la enfermedad ya como quiera va saliendo, el hecho de que ya no tengas tantos malestares es porque ya estás saliendo, entonces tienes que agarrar fuerza para la siguiente semana, en caso de que te sientas mal, se va a extender la incapacidad, en caso de que te sientas bien, regresas a tu vida laboral.
Es agotadora la enfermedad…
Así es, cada cosa, cada paso que das es un reto, simplemente hacer cosas cotidianas, como bañarte es todo un reto, porque te mareas, te cansas, simplemente hoy fue uno de mis mejore días, y yo ya me sentía “bien”, dentro de lo que cabe, con pequeño dolor, pero me sentía bien, se me ocurrió limpiar una charola del refrigerador, y con eso bastó para que yo me mareara y tuviera que acostarme y tuviera que descansar, porque ya no tienes fuerza, entonces eso psicológicamente te agota mucho, porque tú quieres hacer cosas, piensas que puedes, pero tu cuerpo te dice, no puedes, yo no estoy listo.