Depresión
SanaMente
Dra. Ana Paula González Toledo.
Psiquiatra
He tenido el deseo de escribir las frases que los pacientes deprimidos dicen. Me gustaría capturar la postura de sus cuerpos la expresión de sus caras, el tono y la velocidad de la voz con la que las refieren. Son frases que te cimbran. Están cargadas de una profunda y real emoción, que los envuelve y los cubre por completo en la que se sienten sumergidos y aislados.
Es habitual la palabra o el símbolo de niebla, soledad, culpa hasta de las cosas más pequeñas, desesperanza y minusvalía. En ocasiones esto ni siquiera se acompaña de llanto, La depresión es diferente que la tristeza, todas las personas nos hemos sentido tristes incluso por mucho tiempo en el caso del duelo y la perdida, la depresión es una entidad más profunda y poderosa. Actualmente se sabe que se trata de un trastorno sistémico en donde el sistema inmunológico, cardiovascular, endocrino, gastrointestinal y neurológico se ven comprometidos.
Según la organización mundial de la salud La depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo, aproximadamente 280 millones de personas tienen depresión. La depresión es distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana. Puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es recurrente y de intensidad moderada a grave. Puede causar gran sufrimiento a la persona afectada y alterar sus actividades laborales, escolares y familiares.
Podría pensarse que hay que ser psiquiatra o psicólogo para poder ver y sentir este tipo de emoción en la otra persona, pero no es así, cualquier persona con empatía y disposición de escuchar, puede asomarse a esa ventana entreabierta que te permite sentir a la vez te conecta de manera no verbal ni física con la otra persona.
Creo que precisamente que es en esa capacidad empática donde radica la calidad humana, y con eso no digo que los animales no sean empáticos, porque lo son y mucho, es sólo que a veces no todas las personas se sienten dispuestas o cómodas al hacerlo.
He visto en la consulta que, con sólo validar la emoción de la persona, hace que ésta sienta un poco de esperanza, que, si bien no lo alegra, le calma por un momento y lo hace sentirse menos solo. Me recuerda la frase tan famosa de Sigmund Freud “La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador, tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas”.