Cura para el resentimiento

Orar por el bien de nuestros enemigos trae consigo una doble bendición. Primero, quita la amargura de los corazones, no importa cuán inocentes seamos o cuán culpable sea la otra persona

Hace poco escuché que la cura para el resentimiento era orar durante dos semanas por la persona por la cual usted alberga ese sentimiento.

 

Experimentando yo misma en aquel tiempo algunos “asuntos” relacionados, tomé nota de aquellas sabias palabras. ¿Qué habría en aquellas palabras que pudiera brindar una cura para el resentimiento? ¿Existe algo extraordinario en esas dos semanas? ¿Es que haciendo el esfuerzo de orar por alguien con quien tenemos problemas, nos ablandará el corazón con respecto a ella?

 

En realidad, pienso que la clave es una sola palabra. Orar por alguien, no acerca de alguien.

 

¿Cuál es la diferencia? Es bastante grande. Orar acerca de algo es el tipo de oración que reza así: “Señor, permite que esa persona me deje tranquilo. Haz algo acerca de su actitud odiosa. Después de todo, Señor, si no fuera tan horrible, yo no la odiaría.” En otras palabras, orar acerca de alguien tiene que ver conmigo y con mi propio sufrimiento.

 

Orando “por”, no “Acerca De”

 

En contraste, al orar por los demás estamos pidiendo el poder de Dios para cambiar a la persona para bien y traer sanidad a sus carencias y a la causa de sus acciones negativas. Nunca nos equivocaremos al orar por nuestros enemigos, no importando lo que nos hayan hecho. La Biblia, dice: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os odian y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:44). No es fácil, pero con toda seguridad alejará nuestro resentimiento.

 

Orar por el bien de nuestros enemigos trae consigo una doble bendición. Primero, quita la amargura de los corazones, no importa cuán inocentes seamos o cuán culpable sea la otra persona. Segundo, nos ofrece la oportunidad para que Dios cambie a esa persona en vez de protegernos de ella. También nos hace compartir la intercesión que Jesús realiza en nosotros. Puede que hayamos ofendido a Dios, pero Jesús continúa orando por la sanidad de nuestras faltas.

 

Cuando usted lo piensa bien, ¿no es, acaso, el orar por nuestros enemigos la mejor respuesta para todos? Haciendo esto damos un paso más que simplemente pedir un band-aid para cubrir las acciones externas, sino que permitimos que nuestros enemigos (y nosotros mismos) seamos transformados desde el interior.

 

¡Hasta la próxima!

Livier Nazareth

Psicóloga/Tanatóloga: Especialista en  Crisis Familiar y de Pareja, Terapia por la pérdida de un ser querido. Duelo. Teléfono 3221510496

 

Orar por el bien de nuestros enemigos trae consigo una doble bendición. Primero, quita la amargura de los corazones, no importa cuán inocentes seamos o cuán culpable sea la otra persona

About Miguel Ángel Ocaña Reyes

En BienEstar Vallarta nuestro objetivo es hacer periodismo familiar en beneficio de la comunidad, un espacio informativo en el que se privilegia la información útil para el desarrollo humano en temas médicos, gastronómicos,culturales, educativos y artísticos que muevan a la reflexión de los lectores. Contact: Website | More Posts