Celebró 50 años la Parroquia de la Santa Cruz
Por: Ángel Reyes
Una noche mágica de música, fe y comunidad en el corazón de Vallarta
La Parroquia de la Santa Cruz, ubicada en el corazón de la colonia Emiliano Zapata, celebró 50 años de existencia con un festejo muy especial encabezado por el padre Esteban Salazar y organizado magistralmente por el empresario Miguel Ángel Ortega, quien preparó un programa musical magnífico conformado por el reconocido Pianista Salvatore, y los tenores Marco Muñoz y Alain Echeagaray, quienes ofrecieron un espectáculo que cautivó y emocionó a todos los presentes en el evento, y quienes concluyeron una velada espléndida con la presencia del Mariachi Arriba México.
El festejo se caracterizó por su orden, lo cual le dio oportunidad al padre Esteban Salazar de platicar y agradecer a cada uno de los asistentes, quienes de buena gana se solidarizaron con el párroco, quien se notó contento por la excelente respuesta de la feligresía que en todo momento disfrutó del evento.
No obstante el fresco de la noche, la buena energía del ambiente generó una agradable comunión que derivó en calidez humana, misma que se extendió a lo largo de aproximadamente 250 personas que acudieron al evento, gustosas y solidarias con el padre Esteban Salazar y la Parroquia de la Santa Cruz, que por sí misma es un símbolo de identidad de la colonia Emiliano Zapata, un oasis de fe y esperanza rodeado de un entorno lleno de tentaciones negativas, y que gracias al trabajo pastoral del párroco, todavía mantiene unida a su comunidad, que no obstante la amenaza de la gentrificación, con un moderno edificio enfrente que se ostenta como un reto a la tradición, todavía se conserva como uno de los últimos barrios con esencia vallartense, donde aún se pueden encontrar los llamados vallartenses de Vallarta, auténticos patasaladas que han sobrevivido el embate de la modernidad, y que en estas ocasiones muestran su unión a través de un festejo tan especial como lo son los 50 años de este templo, que en sus cimientos lleva las raíces de un pueblo amable y trabajador.
La velada transcurrió llena de buenos momentos, un convivio que recordó aquellas reuniones del viejo Vallarta en el que sus habitantes departían en la calle, contentos de disfrutar su ciudad, su entorno, y en esta ocasión fue algo similar las esquinas conformadas por las calles Aguacate y Lázaro Cárdenas vibraron de alegría, y esta energía llamó la atención de otros vecinos e incluso extranjeros que se reunieron en torno a la convivencia y a la música y cantaron a coro con Marco Muños y el Tenor del Norte, Jorge Echeagaray, quien se bajó del escenario para cantar con el público, mientras las notas magistrales del piano interpretadas por el Maestro Salvatore inundaban el ambiente, y toda esta magia se complementó con la música del mariachi que ensalzó el orgullo de ser mexicanos.

