La vida y muerte desde un punto de vista médico muy particular
Medicina Familiar
Marco Antonio Inda Caro
Médico de Familia
En 1992 mi bisabuela de más de 80 años llegó al hospital con un evento vascular cerebral (una embolia), con posibilidades de una muerte inminente; un médico internista dijo a su alumno cuando estaba en el primer año escolar de la facultad de medicina: “Si realmente quieres aprender la medicina desde ahorita, puedes agarrar una aguja de las más largas y metérsela a tu abuela por el abdomen, el área del corazón y picotearla para ver que obtienes, así sabrás dependiendo del color del líquido en que parte del cuerpo estás.” Cuando fui a decirle a mi padre del pronóstico de mi bisabuela, y lo que me había dicho el especialista, me contestó: “Dile que le vas a meter la aguja a él a ver qué le sale.”
Las circunstancias personales del ver la vida y la muerte para algunos es peculiar, nuestro cuerpo es una maravilla, una creación perfecta con un sistema electrónico súper potente, con técnica de bombeo y drenado genial, un procesamiento de las emociones y conjeturas evidentemente asombroso, un aparato locomotor de última generación y una capa externa de millones y millones de ladrillos, pero, ¿cómo encontramos el verdadero camino de la vida a la muerte? algo seguro es la muerte, lo que no entendemos es que previo a ésta, está la antesala del próximo reino que es una providencia que uno favorece, existe un preámbulo de hostigamiento corporal, excesos sin límites, pensamientos irracionales que nuestro cuerpo puede con eso y más .
El Dr. Aldo Curiel dijo: “Cuándo van a entender los pacientes diabéticos que si no cenan van a amanecer mal.”
Nosotros mismos acortamos el final, dijo un padre que el rito previo a no enterrar al difunto con la cruz, es porque ya no tiene por qué cargarla, porque al morir mueren nuestros compromisos y cargas yendo al paraíso. ¡No es lo pesado de la cruz que en vida cargas, es lo que piensas al respecto de la vida!, es el valor que le das a tu cuerpo, resulta que cuando le estás insistiendo a las personas que tales hábitos te van a llevar a la tumba y no se modifican, llevas al límite a tu cuerpo, a tal grado que incluso la vez muy cerca, es cuando dicen -después de que sufrió un infarto al corazón fue cuando cambio.
Ejemplos de una antesala de la muerte hacia el paraíso terrenal existen, y en estos momentos muchos candidatos, ¿quién?, todo hombre o mujer con alguna enfermedad conocida sin tener ninguna vacuna anticovid-19, el riesgo se incrementa en aquellos tanto hombre o mujeres después de los 40 años cuando nuestro cuerpo inicia con un proceso de degeneración físico con disminución de nuestras defensas naturales.
Otros ejemplos:
Mauricio, alcohólico y fumador, en cada fin de semana desde viernes y sábado llegaba a la embriaguez, fumándose hasta 3 cajetillas en 2 días, con tan solo 38 años, presentó su primer infarto al corazón, era vendedor de tiempos compartidos, fue tanto el hartazgo de su mujer, que lo abandonó, perdió su empleo, su familia y su condición de salud con un deterioro seguro 10 a 15 años menos del promedio de la vida.
Un Caddie de golf, llega al consultorio con crecimiento de las paperas, nariz roja o rinofima, aumento del abdomen, hipo atrofia de los músculos de las manos, y antecedentes de sangrado rectal o vómitos oscuros (sangre proveniente del estómago) dijo orgullosamente: “Diario un gringo ahí en el Tigre me daba mi propina en dólares, tengo más de 20 años tomándome 2 ballenas al día, se incapacitó con el fin completar las semanas cotizadas para una pensión ridícula, pero no llegó a pensionarse por una muerte fulminante, pues a sus 50 años, se ahogó con mismo vomito sanguinolento.