Dejar ir

¡Despierta Vallarta!

Dejar ir algo que nos detiene en el crecimiento emocional, es algo más difícil de hacer que decir. Leemos a diario citas inspiradoras al respecto y deseamos hacerlo, pero secretamente nos decimos que “en nuestro caso”, es imposible.

He aprendido a lo largo del camino, que muchas veces no dejamos ir el dolor, la tristeza, sin importar la causa, porque nos AFERRAMOS tanto por casi toda una vida, que imaginarnos sin ello nos dejaría perdidos completamente.

¿Quiénes seriamos entonces? Hemos creado una identidad en base a nuestras cicatrices emocionales. No sabríamos qué hacer si finalmente nos decidiéramos a perder el peso que nos causa falta de autoestima, que a su vez nos impide avanzar en otras áreas de nuestra vida, si finalmente perdonáramos a aquella persona que nos hirió tanto que juramos que nos marcaría de por vida.

Si finalmente fuéramos más comprensivos con nuestros padres y no los culpáramos por todo. Si dejáramos ir esos hábitos que nos dañan la salud y poco a poco el alma.

¿Si finalmente decidiéramos soltar el costal de piedras que nos impide alcanzar nuestros sueños? No somos lo que nos detiene y tenemos el PODER de dejarlo ir.

Si estás pasando por alguna situación donde estás sufriendo por alguna separación, perdida, cambio de país o cualquier cosa o sentimiento que te cause dolor, a continuación, te comparto el ejercicio de las 3 A’s.

Escribe el nombre de la persona, la experiencia, el lugar o lo que sea que deseas soltar y sigue el siguiente orden:

Agradezco… el tiempo compartido, el aprendizaje, las alegrías…

Acepto… que tengamos que despedirnos, cambiar…

Te Abrazo fuerte con el corazón y de dejo ir.

Al terminar esta carta, puedes quemarla y decir adiós o enterrarla en algún lugar y despedirte. El acto más grande de amor hacia nosotros mismos es DEJAR IR lo que ya fue y nos causa dolor.

Adriana Méndez Snowden

Coach de vida, conferencista motivacional y escritora.

www.adrianamendezsnowden.com