Lleva a la empresa y a la familia a remar en una misma dirección
Por: C.P.C. y M.I. José Mario Rizo Rivas
¿Sabes hacia dónde va tu empresa? Si quieres definir el propósito de un negocio, la herramienta a utilizar se llama planeación estratégica.
“Para cumplir con los objetivos que no son financieros, el plan debe considerar los valores familiares para construir la misión y visión”.
Lejos, a la distancia, se observa el horizonte. Es posible alcanzarlo, sólo basta una ruta. Trazar la planeación para un negocio se trata de establecer qué queremos lograr con él y cómo podemos hacerlo. Aunque hay muchos enfoques para trabajar, en el caso de la empresa familiar se requieren medidas especiales que correspondan a sus características particulares, las que la hacen diferente del resto de los negocios. Revisemos, pues, los principales rasgos que deben tomarse en cuenta:
- Los objetivos socioemocionales: Además del interés financiero, las empresas tienen preocupaciones por la filantropía, la identidad o preservación ambiental, su reputación, etcétera.
- La posesión de un “capital de supervivencia”: Esto representa todos los recursos económicos o patrimoniales que son propiedad de la familia. que pueden abonar al negocio y que deben ser administrados.
- El doble desempeño de los propietarios como directivos de la empresa: Sólo en la empresa familiar contamos con personas que usan dos gorras: la de empleado y la de propietario, cosa que debe tratarse con mucho cuidado, pues hay ocasiones en las que el empresario familiar confunde los límites de una función y la otra.
- El factor emocional: La relación de trabajo entre familiares también trae desventajas, como la percepción sesgada del desempeño laboral, la búsqueda de talento limitada sólo a familiares, el pensamiento grupal y la dificultad para imponer cláusulas contractuales.
Plan de continuidad, el timón de la empresa
Una vez que hemos comprendido sus características, lo ideal para la empresa familiar es trabajar en la planeación estratégica a través de un plan de continuidad que considere cada rasgo del negocio. La función de dicho plan será conciliar las exigencias y oportunidades de la empresa con las necesidades de la familia. ¿Cómo hacerlo? Para cumplir con los objetivos que no son financieros, el plan debe considerar los valores familiares para construir la misión y la visión. Así se conseguirá el desarrollo del capital humano de la empresa con compromiso y que trasciendan como factor social de la empresa, con capacidad para incidir en la comunidad.
El doble papel que implica ser propietario y directivo puede utilizarse también como un factor positivo, como una garantía para cumplir los intereses de mediano y largo plazo del negocio. Pero para garantizar la continuidad de los objetivos, el plan debe fomentar de manera práctica la participación y la formación de los futuros miembros de la familia. ¿Quién va a foguear a las nuevas generaciones? Es necesario garantizar que, cuando se incorporen al negocio, lo conozcan y sean capaces de manejarlo eficientemente. Habrá también que establecer los lineamientos para el manejo efectivo de la propiedad. Por tanto, es fundamental la preparación de sucesores en propiedad, administración y gestión.
Recuerda que tener lineamientos estratégicos nos ayudará a entender cómo aterrizar nuestra meta empresarial. Bien lo dijo Peter Drucker: “No determinan el futuro, sino que son el medio para mover los recursos y las energías de una organización como objeto de crear el futuro”.