Crisis de hipertensión
Vanefropedia / Dra. Vanessa A. Parra Estrada / Nefróloga Pediatra
¿Has escuchado alguna vez que a alguien de repente le empezó a doler la cabeza, se sentía muy mal y le zumbaban los oídos, le tomaron la presión y estaba muy elevada? Seguramente se trataba de una Crisis Hipertensiva.
La Hipertensión Arterial es una enfermedad muy frecuente en México y el mundo, se estima que el 30-33% de los adultos en México tienen Hipertensión Arterial, casi la mitad lo desconoce y menos de la mitad lleva un buen control.
Las Crisis Hipertensivas se definen como una elevación grave y rápida de la presión arterial muy por arriba de sus limites normales, en adultos >180/120mmHg, en adolescentes por arriba de los limites altos según las tablas de normalidad para su edad, sexo y talla.
Se clasifican dependiendo el daño a lo que llamamos “órgano diana”, principalmente cerebro, corazón y ojos (retina). Se clasifican en Emergencia y Urgencia.
EMERGENCIA hipertensiva: Es aquella elevación de la presión arterial de mayor gravedad con presencia de daño a algún órgano.
URGENCIA hipertensiva: Generalmente se presenta en pacientes con hipertensión arterial crónica no diagnosticada, con mal control, pero en el momento no se detecta daño a algún órgano.
¿Quiénes pueden sufrir una crisis de hipertensión?
- Todas aquellas personas que cuenten con los siguientes factores de riesgo:
- Hipertensión Arterial NO diagnosticada
- Control inadecuado de la presión arterial
- No tomarse sus medicamentos de la presión
- Consumo elevado de sal
- Obesidad
- Estilo de vida: tabaco, alcohol, sedentarismo, drogas
- Apnea obstructiva del sueño
- Enfermedad renal crónica
- Enfermedades Endocrinológicas (Cushing, Hipertiroidismo)
- Tumores (Nefroblastoma, Neuroblastoma o Feocromacitoma)
Todas las crisis hipertensivas en adultos y adolescentes, deben ser tratadas en un servicio de urgencias. La evaluación inicial y exploración física completa del paciente en crisis hipertensiva es fundamental para determinar si hay o no daño a órgano.
Lo más importante siempre es prevenir. Evitar el sobrepeso y obesidad, llevar una alimentación saludable baja en sodio, actividad física diaria y la detección temprana con al menos una toma de presión arterial al año.
La hipertensión arterial descontrolada provoca daños en la vista, cerebro, corazón y riñones. La única manera de limitar el daño a nuestros órganos es reduciendo la presión arterial de manera controlada, progresiva y efectiva con medicamentos y cambios en el estilo de vida.