Perdonar
SanaMente / Ana Paula González Toledo / Médico Psiquiatra
Una de las herramientas más poderosas para mejorar la salud mental es el perdón. En diferentes culturas y religiones, se enseña la importancia de no guardar rencor, sin embargo, en lo personal y en mi práctica clínica, veo lo difícil que puede llegar a ser.
El significado de la palabra perdón tiende a malinterpretarse, cuando una la dice, las personas tienen diferentes definiciones de lo que puede significar el perdón.
Perdonar no es aprobar, no es negar o justificar la acción. No es decir que lo que pasó fue correcto, no es dejar de sentirse enojado, ni siquiera es tener que sentirse neutral hacia el otro. No es olvidar lo ocurrido, y no es solo “seguir adelante” de manera indiferente o pretender que no pasó. De hecho, perdonar es aceptar que sí sucedió algo.
Es más sentirse bien, es un paso hacia la reconciliación, aunque en esta última se requiera que exista una disculpa sincera en la que la persona que hizo el daño sienta un remordimiento verdadero, y que esté dispuesta a reparar el daño.
Para perdonar no se necesita una disculpa, en otras palabras, el perdón no depende del otro para llevarse a cabo, no es necesario que vengan a pedirte una disculpa, pues eso le daría más poder al otro al tenerte en la amargura y la espera.
El acto de perdonar no es un evento de una sola vez, a veces significa hacerlo cada vez que vuelva a doler, o comenzar cada mañana el proceso de perdonar.
Las personas que no perdonan, tienden a inflamarse con facilidad y a tener una mayor respuesta al estrés, se sabe también que hay una correlación directa entre dolor y enojo.
El dolor crónico es asociado al enojo y también a la intensidad del mismo. Las personas que desarrollan la habilidad de perdonar, tienen una menor reactividad cardiovascular y un nivel de tensión arterial basal estable.
El enojo es mayor si la persona que te afectó es cercana a ti, y peor cuando se trata de alguien que se supone debía quererte en lugar de dañarte, esto independientemente de la magnitud del evento o el daño ocasionado.
Se hizo un estudio en personas que se habían divorciado, y se observó que después de 10 años, la mayoría seguía sintiendo altos niveles de enojo hacia sus ex parejas y decían no ser capaces de perdonarlos. Se observó que este enojo se reflejaba en los hijos por medio de distintas conductas.
Perdonar es importante, porque no hacerlo significa mantener activo un desgaste mental y emocional progresivo. Al no perdonar se invierte una gran cantidad de energía psíquica en hablar mal de la persona, recordar lo sucedido, etcétera.
Existen varias formas de perdón de las cuales hablaré en la siguiente ocasión.