Ciencia del dormir
SanaMente / Ana Paula González Toledo / Médico psiquiatra
Durante el sueño se restaura la mente, el cuerpo y el cerebro. A menudo pensamos en el sueño como el tercer pilar de la salud mental, de la mano con el ejercicio y la dieta, cuando la ciencia indica que el sueño es el cimiento en donde los otros dos pilares se asientan, es decir, que sin el sueño la salud de las personas no es sostenible.
Los profesionales de la salud mental sabemos que el sueño es un elemento cardinal, es una pieza que tiene el poder de iniciar un efecto dominó, pues es un hecho que, para alguien que ya padece un trastorno de salud mental, dejar de dormir de manera adecuada puede ocasionar una recaída y para alguien que aún no presenta un trastorno psicológico, no dormir colocará al mismo en una posición vulnerable.
De manera básica, se puede dividir a todo el proceso del sueño en dos estados; el primero se llama sueño de ondas lentas, y el segundo es el sueño de movimientos oculares rápidos (REM, por sus siglas en inglés). Se ha visto que las personas privadas del sueño REM experimentan una serie de síntomas que van desde la incapacidad para prestar atención y concentrarse, hasta el aumento del apetito, trastornos de la alimentación, problemas de memoria, de aprendizaje e inestabilidad emocional.
Entonces, ¿qué hace que esta misteriosa etapa del sueño sea tan importante?, ¿qué es el sueño REM?, ¿es el sueño REM lo mismo que sueño profundo?, ¿cuánto dura el sueño REM?
Las neuronas en el cerebro humano, pueden producir energía eléctrica la cual es diferente durante las etapas del sueño. Durante el final del sueño de ondas lentas ocurre el sueño profundo, que se caracteriza por una disminución de las reacciones del cuerpo a los estímulos del entorno en el que se encuentra durmiendo, siendo más difícil lograr despertarlo. En esta etapa se produce un descanso reparador. Después de aproximadamente 70 minutos desde que un individuo empieza a dormir, llega el sueño REM. En este momento se observa una actividad cerebral parecida a las etapas iniciales del ciclo del sueño, pero en el sueño REM, al contrario de las demás etapas, no se observa la disminución de los signos vitales como el latido del corazón, sino que se lleva a cabo un aumento de las actividades que involucran la producción de energía, el reciclaje y eliminación de sustancias en el cerebro, así como la elevación de las reacciones del cuerpo frente al ambiente.
Después del primer sueño REM, con una duración cercana a los 10 minutos, se termina un ciclo del sueño y comienza otro repitiendo las mismas etapas varias veces, generalmente 4. Así se asegura un verdadero descanso. Sin embargo, si estos pasos no suceden, el sueño deja de ser reparador, interfiriendo así en la capacidad para realizar las actividades diarias.
La estructura del sueño puede verse rota por una variedad de factores, entre ellos se encuentra el uso de medicamentos como las benzodiacepinas, que son las principales que impiden la adecuada restauración del ciclo de sueño REM; y algunos antidepresivos. Dentro de ellos destacan el clonazepam, alprazolam, diazepam y la paroxetina. Esto significa que, si una persona toma los fármacos ya mencionados o algún otro del mismo tipo por la noche, se le impedirá descansar saludablemente.
Las benzodiacepinas son erróneamente recetadas para dormir por muchos médicos, cuando en realidad producen justo el efecto contrario, además de tener otros riesgos para la salud mental. Por ejemplo, el desarrollo de adicción a las mismas, depresión, ansiedad, fallas en la memoria y aumento del riesgo de padecer enfermedad de Alzheimer.
Es asombroso observar, por medio de tomografías por emisión de positrones, cómo durante el sueño profundo la corteza cerebral activa miles de cientos de neuronas que comunican a la vez, para después guardar silencio al mismo tiempo, y cómo aproximadamente el 30% de las neuronas están más activas durante el sueño REM que durante el día. Un sueño adecuado mejora la calidad de vida de las personas.