Volvamos de moda el ser honestos
La Vida es Bella
Cuando eres honesto, quien se relaciona contigo sabe que puede confiar en tu palabra, necesitamos volver a relacionarnos en la credibilidad y confianza
Hubo una vez un emperador que convocó a todos los solteros del reino, pues era tiempo de buscar pareja a su hija.
Todos los jóvenes asistieron, y el rey les dijo: “Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros. Al cabo de seis meses deberéis traerme en una maceta la planta que haya crecido, y la más bella ganará la mano de mi hija, y por ende el reino”.
Así se hizo. Había un joven que plantó su semilla, y en vano esperó a que la planta brotara.
Cuando pasaron los seis meses, todos los jóvenes desfilaron hacia el castillo con hermosísimas y exóticas plantas.
El joven estaba muy triste, pues su semilla nunca germinó; ni siquiera quería ir al palacio, pero su madre insistía en que debía ir. Con la cabeza baja, y muy avergonzado, acudió con su maceta vacía.
Todos los jóvenes hablaban de sus plantas, y al verlo se rieron y se burlaron de él.
El rey se paseaba entre las macetas, admirando las plantas.
Finalizada la inspección, hizo llamar a su hija. Convocó, de entre todos, al joven que llevó su maceta vacía. Los pretendientes se quedaron atónitos.
El rey dijo entonces: “Este es el nuevo heredero del trono, y se casará con mi hija. Os di una semilla infértil, y habéis tratado de engañarme plantando otras plantas. Este joven tuvo el valor de presentarse y mostrar su maceta vacía, siendo sincero, realista y valiente, cualidades que un futuro rey debe tener”
Vivimos en una época, en la que las palabras o el actuar de todo ser humano, se ponen en duda, lo contrario a hace muchos años cuando la palabra de una persona era tomada tan en serio, que de buena fe se podía creer en lo que se decía, como una especie de juramento o garantía de veracidad.
A ciencia cierta no puedo explicar cómo sucedió este cambio tan drástico de paradigma sobre el valor de la palabra, o sobre la honestidad de los seres humanos, lo que sí puedo decir, es que nuestra sociedad nunca volvió a ser igual, puesto que continuamente nos estamos relacionando con otras personas y la confianza y credibilidad son necesarias para que las relaciones humanas funcionen, actualmente podemos escuchar a los otros pero no estar seguros de que están siendo honestos, lo cual hace que la mayoría de nuestras relaciones sean superficiales.
Ser honesto es ser real, auténtico, coherente con nuestros principios, valores, creencias y sentimientos, es ser personas libres de expresarle al mundo quienes somos y como pensamos, sin necesidad de aparentar algo diferente. No encierra sólo el hecho de no decir mentiras, sino que abarca otras cualidades que anticipan todo un estilo de vida.
Cuando eres honesto, quien se relaciona contigo sabe que puede confiar en tu palabra, necesitamos volver a relacionarnos en la credibilidad y confianza.
Creo que en gran parte los estragos emocionales como el estrés y la ansiedad se evitarían si viviéramos de esta manera, sin esforzarnos todo el tiempo por demostrar ser alguien diferente solo con el fin de agradar a otros, porque este querer agradar tal vez te ha llevado a defender posturas que realmente no compartes, a prometer cosas que no te sientes capaz de cumplir, a vestir como crees que a los otros les agradas más, a callar tus verdaderos puntos de vista, a lastimar tu cuerpo solo con el fin de ser aceptado, a vivir una vida que realmente no te pertenece, a estar mintiendo todo el tiempo sobre quien eres y vivir así tarde que temprano te cobrará la factura.
Nuestra realidad social, envuelta en mentiras y superficialidad, no nos ayuda mucho en este proceso de desintoxicación, pero aun así vale la pena el intentar volver a nuestros orígenes, ser realmente libres, auténticos, valientes mostrando a los que nos rodean no sólo lo bonito y virtuoso que hay en nosotros, sino también las heridas, cicatrices, arrugas, dobleces, manchas, errores y fracasos, esa es la esencia del ser humano, el ser no perfecto, pero si ser un “SER” que se acepta tal cual es y puede mostrarse autentico ante los demás.
Ser honesto es ser libre. Quien se permite sentir, pensar, actuar y ser de acuerdo a su verdadera esencia, no albergará conflictos internos. Cuando nos permitimos ser, respiramos y fluimos.
No es año nuevo, pero este puede ser tu propósito de medio año, el mostrarle al mundo quien eres realmente y de la mano con este hábito llegara la paz, la estabilidad y la sensación de libertad.
“Tanto más dichoso es uno en esta vida, cuanto menos se preocupa de parecerse a los demás.”
Émile Pontich
Recuerda, ¡la vida es bella!
Hasta la próxima.
Psic. Teresa Manzano.