Un viaje a Oaxaca de Juárez
Juventud en nuestra comunidad
“Si rechazas la comida, ignoras la vestimenta, temes la religión y evitas a las personas, quizás sea mejor que te quedes en casa”
James Michener
Algunas personas son más privilegiadas que otras. Nadie escoge en dónde y bajo qué circunstancias nacer, y sin duda existen diferencias crueles cuando se habla de lo que es justo y lo que no lo es cuando nacemos en diferentes situaciones. En el caso de los que estén leyendo esto, asumiendo que usted lo está leyendo en Puerto Vallarta, es necesario decir que somos de las personas más afortunadas que existen.
México es uno de los países más diversos en todo el mundo, competimos a nivel mundial por nuestra variedad en especies animales, bosques, playas, gastronomía, música, cultura y más aspecticos que nos hacen estar entre los diez países visitados por más turistas al año según el ranking de la OMT (Organización Mundial del Turismo). Yo veo esto como un privilegio y una oportunidad de cultivarnos como personas, ya que me parecería egoísta tener toda esta cultura interminable y no poder aprovecharla y conocerla.
Hace un par de semanas tuve la oportunidad de viajar a la ciudad de Oaxaca de Juárez. A pesar de que anteriormente la había visitado como una vacación familiar, fue totalmente diferente la experiencia en esta ocasión al poder conocer más de este lugar con la compañía de mis compañeros de noveno y onceavo grado. Un viaje que se llevó a cabo como parte del programa de la clase de Historia de México, en la cual dichos grados toman con diferentes maestros.
El simple hecho de realizar viajes con tus mejores amigos ya es algo que instantáneamente se disfruta, pero este sentimiento se incrementa cuando al hacerlo aprendemos de algo con lo cual no convivimos, y para nosotros es simplemente nuevo. Conocer las monumentales ruinas de Monte Albán, estar parados en las mismas que están representadas en los billetes de veinte pesos, dato que muchos de nosotros ignorábamos al momento. Conocer las ruinas de Mitla, las tumbas y los túneles que a muchos nos causaron ansiedad. Estar escuchando las historias y las costumbres de las personas de estas zonas, y al mismo tiempo, contar con un guía que nos explicaba lo que deberíamos saber de cada lugar que visitábamos, nos envolvió en la experiencia de visitar uno de los estados de la República Mexicana con más historia y tradiciones.
Hierve el agua, una de las dos localizaciones en el mundo, la otra es Turquía, donde existen cascadas naturales petrificadas. Un paisaje totalmente diferente y una manera de vivir la naturaleza nueva, agradable y relajante. La comida es de lo que más se puede hablar al referirnos a Oaxaca, lugar que algunos defenderán como capital del mole en México. Los chapulines, las tlayudas las cuales nos sorprendieron a todos, el chocolate caliente con un rico pan de yema fueron de los sabores que más disfruté. El famoso queso Oaxaca que nosotros conocemos, en su lugar de origen le llaman quesillo, dato que me pareció interesante.
Siento que de vez en cuando nosotros mismos podemos despreciar nuestra cultura, ya que puede que se nos haga algo simple, algo que podemos ver todos los días, y no alcanzamos a ver la verdadera belleza con nuestros ojos hasta que personas de otros lados nos recuerdan que no en todos lados existe lo que nosotros tenemos.
Decir qué aprendí en este viaje no cabría en una oración por cómo me siento. Tuvimos la oportunidad de experimentar con sabores, olores, sonidos y personas totalmente diferentes a lo que estamos acostumbrados en nuestra ciudad. No por decir que un lugar u otro sean mejor, sino para recordarnos que el mundo es más grande de lo que está a nuestro alrededor, y que existiría un vacío sólo si no nos damos la oportunidad de conocer lo más que esté a nuestro alcance.
Creo confuso el deseo de conocer lugares al redor del mundo, cuando no volteamos a ver el mapa y confiar en que nos podemos llevar gratas sorpresas si nos animáramos a conocer lo que hay en nuestro país, estoy seguro que de poder viajar por México el resto de mi vida, no podría conocer todo lo que hay ahí fuera por ver, y eso no es algo bueno, al contrario, me siento orgulloso de que esto sea así. Muchas gracias por leer y que tenga excelente día.