Una cachetada para todos
Educación y parentalidad / Jesús Cabral Araiza
La pasada entrega de premios Oscar dejó muchos recuerdos, no todos gratos, pero sí muchos puntos de análisis y que, de igual manera, pueden ser pie de reflexión y propuestas. Por principio me parece que vale la pena contextualizar:
Los secretos mejor guardados de Hollywood, no son siempre los galardonados. Está plagado de escándalos de corrupción, hostigamiento sexual, traiciones, entre otros crímenes, muchos de ellos serían los mejores guiones de sus películas.
Las bromas pesadas son cosa regular en una gala de premios, de hecho, las pedían para esta entrega y existieron varias acciones lamentables, como el manosea a dos actores hombres por parte de la presentadora, y el quitar y poner de pie a una esposa que no era “ocupa cientos”.
Mucha de la violencia que se ejerce en ese medio es simbólica, no solo física.
El propio Will Smith se ha mofado de otros y su condición personal históricamente (cosa que no justifica que ahora lo hagan de su esposa).
De mal gusto, ejemplo, el mofarse de la calvicie de alguien que se sabe le hace sentir insegura.
Regresamos de una situación crítica de pandemia más sensibles y violentos, y el burlarse del otro es otra forma de violencia que no ayuda a la cultura de la paz.
Mucha gente que trabajó en este evento vio tristemente que en lugar de ser una fiesta y para el mismo actor involucrado, se convirtió en uno de los sucesos más lamentables transmitidos en los medios.
El mensaje de justificar la violencia por amor no aplica, es un amor mal entendido y machismo reprimido.
Las reacciones sociales en los medios reflejan la falta de sensibilidad, empatía y cultura de paz que tanto necesitamos.
Por no saber contenerse y buscar espacios y tiempos adecuados para su inconformidad, recurre a la violencia y trata de justificarla.
¿Qué podemos hacer?
- No romantizar la violencia venga de quien venga y sea la forma que tome, recordemos que puede ser física, verbal, psicológica, sexual y social.
- Pensar si es el entretenimiento que merecemos como espectadores y si podemos manifestar nuestro desacuerdo e inconformidad de su manejo.
- Hablar con los más pequeños o con quienes no saben cómo interpretar lo que han visto, igual si fuera posible lo deberíamos hacer con más de un actor que se quedó inmóvil ante la violencia que se presentó en su cara.
- No hacer alegoría del hecho riendo el chiste o el meme adaptado de un hecho lamentable y repudiable que a todos nos debería de ofender.
- Si bien el actor que recibió la cachetada inicio con las bromas hirientes, igual supo contenerse -por la razón que fuera- y no hacer un espectáculo mayor y lamentable.
- Pensar que hay un sinfín de noticias vigentes que deberían tener más nuestra atención y acción (calentamiento global, falta de agua, turismo sustentable, alimentos saludables, hábitos de ejercicio e higiene, salud psicológica) y no perder el tiempo en un asunto trivial de calle o cantina que solo es destacable por las figuras públicas que lo protagonizaron.
Seamos reflexivos sobre la violencia que consumimos o fomentamos si deseamos auténticamente un mejor lugar dónde vivir. Gracias por leer estas ideas.