Un camino de recuperación

La ciudad imaginada / José Alfonso Baños Francia

El alcoholismo es una enfermedad crónica y progresiva que afecta a millones de personas en todo el planeta. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo excesivo de alcohol es causante de unos 3 millones de muertes cada año, lo que representa el 5.3% de todas las defunciones a nivel global. Además, la ingesta etílica está vinculada a más de 200 enfermedades y trastornos, incluidos varios tipos de cáncer, enfermedades hepáticas y trastornos mentales.

En el ámbito de la salud pública, el alcoholismo representa un desafío significativo. Aparte de los padecimientos directamente relacionados, es un factor clave en accidentes de tráfico, con estadísticas que muestran que entre el 20% y el 50% de las muertes en eventos viales están relacionadas con el consumo de alcohol. Este impacto se extiende más allá de los individuos, afectando a familias enteras y aumentando la carga en la dimensión sanitaria.

Atender el alcoholismo requiere un enfoque multidisciplinario y una colaboración mundial sostenida. En este sentido, el sector salud enfrenta el reto de implementar estrategias de prevención, tratamiento y rehabilitación efectivas, incluyendo programas para tomar conciencia, políticas de control a la venta y consumo, así como la provisión de servicios médicos especializados para personas con dependencia al alcohol.

Un camino para la recuperación de esta enfermedad es la organización Alcohólicos Anónimos (AA), fundada en 1935 en Akron, Estados Unidos por Bill Wilson y el doctor Bob Smith. Ambos eran alcohólicos y juntos descubrieron que para mantenerse sin beber era imperativo un programa de ayuda mutua. Esta propuesta se materializó en un programa de Doce Pasos, formulado como un conjunto de principios para guiar a los miembros hacia la sobriedad.

Estos pasos consideran admitir la impotencia del individuo ante el alcohol, trabajar en un análisis de la personalidad, reajustar las relaciones personales, depender de un Poder Superior y trabajar con otros alcohólicos en la transmisión del mensaje.

Sobre AA giran muchos mitos y confusiones como suponer que solamente acuden los bebedores desahuciados o quienes son moradores de calle. Pero la comunidad está integrada por personas de todas las edades, condición social o perfil laboral teniendo como único punto en común el sincero deseo de dejar la bebida y sus estragos.

Actualmente, AA tiene presencia en más de 180 países congregando a unos dos millones de integrantes, mientras que en México, dispone de más de 14 mil grupos distribuidos a lo largo del país con 2 Territorios, 6 Regiones y 83 Áreas, así como un número aproximado de 110 mil miembros dispuestos a trasmitir el mensaje de manera voluntaria.

Alcohólicos Anónimos constituye un camino de recuperación que ha funcionado en millones de personas en todo el mundo, brindando esperanza a quienes padecen la enfermedad. Fundada en la premisa del apoyo mutuo y la experiencia compartida, el programa de Doce Pasos sigue siendo un faro de esperanza para aquellos que luchan contra las catástrofes del alcoholismo.