Tributo al médico de hoy
Medicina Familiar / Dr. Marco Antonio Inda Caro / Médico de Familia
El Sindicato de Médicos Confederados determinó que el día del médico fuese el día 23 de octubre, 96 años previos, en 1833, el doctor Valentín Gómez Farías ya había inaugurado el Establecimiento de Ciencias Médicas en la Ciudad de México, cuando había logrado reunir los estudios médicos y quirúrgicos iniciando la era moderna de la medicina en México. Antes de esa era había cirujanos, parteros, hernistas, oculistas, algebristas, flebotomianos, farmacéuticos y droguistas. Hoy en día existen médicos colegiados con ramas medicas bien establecidas las quirúrgicas y no quirúrgicas, sin embargo, algunos tiene sus frases, he aquí algunas.
Los médicos familiares cuando tratan algún paciente que no logran determinar el motivo de su enfermedad dicen: “Si no lo curo, tampoco lo entretengo”, haciendo referencia a que lo tiene que derivar con otro médico especialista.
Los pediatras hacen referencia a la etapa de la infancia, donde se conjugan valores, costumbres y educación en la familia, considerando que el niño que no juega no es niño, sino un enfermo que requiere atención, agregando que el hombre que no juega perdió el niño que vivía en él y que le hará mucha falta.
Los ginecólogos no tienen frases motivadoras, hacen muchas preguntas incomodas como: ¿Cuántas parejas sexuales ha tenido? ¿Edad de inicio de las relaciones sexuales? ¿Fecha de su última regla (cuando se piensa en un embarazo y se pregunta delante de la madre de la paciente)?
Los médicos internistas piensan mucho, son unos detectives, hacen muchas preguntas como: ¿Desde cuándo inicio con los síntomas?, y relacionan todos los eventos del paciente, desde, ¿qué tomó?, ¿a qué hora dejó de tomar?, ¿qué hacía antes de sentirse mal?
Para ser un buen medico se requiere de astucia, escuchar, entender, empatar, solucionar, pero sobre todo, curar, cura más la fe que mil palabras y toda una farmacia, cura el buen entendimiento, cura el que ríe a pesar de las tristezas, cura el que consuela, cura el que mesura a pesar de la amenaza a su vida o a su salud, cura el que comprende al enfermo que se empeña en estarlo, curan más las palabras al afligido, al adolorido, al necio y al ignorante.
No cura el comerciar con el paciente, no cura la avaricia, no cura la posesión de las personas, tampoco cura la vanidad, no cura el medico egocéntrico, no cura la casualidad, no cura la polifarmacia, no cura la ignorancia, no cura la arrogancia, no cura la perversidad, tampoco el morbo, ni el medico con trastorno, ni el dolido, ni el sufrido, ni mucho menos el medico que transgrede con la intimidad.
Excelente el papel que realizaron todos los médicos de México y del resto del mundo ante la pandemia covid-19, al inicio, aun con miedo a enfermar se tenía que acudir a laborar, a sacar la casta de médicos ante la adversidad y el temor a morir o llevar la muerte a su casa, donde lo más íntimo y noble de su familia, podía ser alcanzada como muchos familiares. Felicidades mis médicos queridos.