Terminó mes del amor
Educación y parentalidad / Dr. Jesús Cabral Araiza
Como muchas cosas en este bendito país, termina un mes en el que se pregona a los cuatro vientos que nos amamos los unos a los otros, ¿será? Digo, la duda me salta porque en cada paso que damos nos encontramos con alguien que se opone a nuestra forma de pensar, de ver el mundo o de hacer las cosas, y en realidad eso no debería ser problema. El verdadero problema comienza cuando esas posturas encontradas, no encuentran un punto de equilibrio que nos lleve al diálogo y la negociación.
Y es que no hemos aprendido, o no nos han enseñado bien y lo suficiente a ser empáticos y hablar, desde tratar de comprender al otro, es decir, la empatía que debiera ser una materia regular en las escuelas en diferentes niveles, brilla por su ausencia. Solo cuando una noticia de escándalo que genera violencia nos llama la atención, recordamos que es mejor la negociación que el encono y el conflicto abierto.
Tampoco les diré que es fácil negociar con posturas cerradas, radicales o necias, pero es el camino, eso si es Cultura de Paz. Ahora bien, ya termina febrero, y para muchos parece que el mes del amor ahí cierra sus actividades, y desde nivel nacional comenzamos a calentar el ambiente con la postura del plan B o las polarizaciones iniciales sobre elecciones locales y nacionales, el tren maya y un sinfín de historias nacionales o regionales, pero la contradicción y el conflicto como he señalado anteriormente, son hasta predecibles o normales, la diferencia es la salud mental con la que se abordan dichos conflictos.
Y es que a nivel personal no es poco común encontrar aspectos de la persona que generan los conflictos, en ocasiones es otro el motivo del conflicto, algo subyacente al propio sujeto, consciente o no de ello. Pero las repercusiones no se dejan esperar al momento de surgir los síntomas de origen psicológico. Así lo vemos en el ámbito docente, laboral, social y en toda actividad humana, no solo colectiva, igual en las acciones individuales se reflejan los conflictos.
Por lo tanto, sugiero entonces, replantear la formula y no pensar en la evasión del conflicto, mas bien en el trabajo permanente de buscar nuevas y creativas estrategias para enfrentar los conflictos, una de ellas puede ser: reconocer ambas partes el origen del conflicto, plantear sus inquietudes y temores por lo que se genera el conflicto, negociar para que ambas partes ganen en la resolución del conflicto, comprometerse a buscar y mejorar la fórmula en conflictos posteriores.
La historia y la experiencia humana señalan que siempre será mejor una buena actitud y disposición, antes de enfrascarnos en una guerra de desgaste en la que todos perdemos, la tarea requiere de más valor que el que empleamos cuando ya estamos en un conflicto, tratemos de practicarlo, ¿no cree usted? Gracias por su amable lectura.