Recobrando la justicia
Consejos de una Bisabuela Moderna / Por un México mejor
Al iniciar la noche, después de que el joven sin pelo, pidió permiso para ir a casa de su amigo; con gran ternura pidió al amigo que, si antes de entrar a su casa oraban para poder hablar con sus tíos enojados, porque Dios con su amor infinito los ayudaría a volver a unir a esa familia que se estaba desmoronando por culpa de la envidia de unos y la ambición de otros…
Saludaron cariñosamente a la abuelita, la mamá y la tía que se encontraban llorando en la sala, y se retiraron en silencio para dirigirse a la oficina del abuelito difunto, donde se habían reunido los siete hermanos para discutir de nuevo sobre la última voluntad de su padre… En un rincón, con los ojos llorosos, se encontraba su tío discapacitado… El amigo con un poco de miedo, se colocó en medio de ellos para presentarles al joven sin pelo, los cuales se quedaron perplejos ante la osadía de los chicos, y el mayor de los tíos con un tono muy molesto les preguntó: ¿Qué hacen aquí?
El joven sin pelo contestó calmadamente: Vengo a orar con ustedes, para que descanse en paz el alma de ese gran hombre, Padre de ustedes; para que su maravillosa Mamá, al igual que sus dos hermanas… ¡Dejen de llorar amargamente!…¡Terminen las discusiones sobre la última voluntad de su papá!… Y vuelvan a ser esos ejemplares tíos de mi gran amigo, ya que siempre nos habla de lo bien que se llevan entre todos y de la increíble familia que posee…
Hubo un gran silencio en la oficina del abuelito, y todos los tíos se quedaron perplejos ante la osadía del joven sin pelo… Como la abuelita, la mamá y la tía vieron que los chicos entraron a la oficina y la discusión se tornó en silencio, espantadas dejaron de llorar y se pararon junto a la puerta que dejaron abierta para ver qué pasaba…
Continuó el joven sin pelo dirigiéndose al tío discapacitado: Aunque no lo crean, yo era un niño muy caprichoso, y como era el primer hombre de mi nueva generación, al igual que tú era muy consentido y hacía muchas travesuras, pero desde que el Doctor le dijo a mi familia que tenía Cáncer, al palpar los sufrimientos de mis seres queridos y sentir un miedo inquietante continuo, un día fui a la iglesia para hablar con el sacerdote amigo de la familia, y él me dijo unas palabras tan hermosas, que desde aquél momento sentí la dicha de ser el enfermo yo, y no mi hermanita pequeña, ni mis padres o mis parientes que tanto amo, y desde ese día he sentido una paz y felicidad, desde que abro mis ojos en la mañana… ¡Dándole las gracias a mi Papá Dios por poder vivir un día más!… Porque estoy seguro que cuando muera para volver a nacer en la otra vida con Dios, ¡Nada me podré llevar!… Por eso trato de vivir plenamente mi presente, ya que el pasado no volverá y él ̈futuro ̈… ¡Es incierto!…
El discapacitado con ojos llenos de lágrimas se acercó y lo abrazó tiernamente diciendo:
Gracias por tus sabias palabras y… ¡Hermanos les pido perdón!… Porque desde que tuve uso de razón… ¡He tratado de abusar de todos para hacer lo que quiero!
Increíblemente, a todos los hermanos, sus rostros de ira se les fueron dulcificando y se abrazaron con amor, y las tres mujeres sonriendo los abrazaron diciendo: ¡Gracias a Dios!
Para mis hermosos ángeles terrenales del Grupo Canica
Cariñosamente su bisabuela Ana I.