Realidad insana
Letras Sahumerias
Marisú Ramírez
“Entre dos males no elijas ninguno.”
Spurgeon
Hoy es difícil mantener una escala de valores adecuada dado el deterioro del ser humano contemporáneo.
Lo preocupante, desde mi muy personal percepción, es la conciencia que se tiene de ese deterioro. Tiene que ver con la cultura emanada de los comportamientos de este siglo, por supuesto la discusión acusa a los avances científicos, bélicos y de comunicación inmediata, estos no son malos en general sino el uso indiscriminado que se hace de ellos.
La degradación personal del ser humano preocupa ante la ausencia de valores, la técnica y la ciencia con su brazo tecnológico no son sus cómplices en el mal uso de ellos, no alinean ni degradan, esto está más apegado a los intereses dañinos emanados de conciencias débiles.
Los abusos diarios conducen al ser humano a un escenario de contradicciones con alto grado de destructividad y degradación, como lo he mencionado en otras de mis colaboraciones; se abusa del poder, de la dignidad y de la moral, esto lleva al caos que se vive y percibe en varias naciones del mundo y por supuesto en nuestro amado México quien no escapa del flagelo.
El asunto central es la ambición de poder por encima de la necesidad de una existencia sana. Esto ciega y acerca al ser humano al extremo de la ambición hasta desembocar en la barbarie, es la actuación inconsciente, la aplicación de medidas bárbaras en casos fáciles de resolver. Diría Confucio: “No uses un cañón para matar un mosquito”.
El asunto prioritario es proyectar orden y organización sensata, no decirlo en foros nacionales o internacionales; hacerlo. Eso se traduce en congruencia en favor de la vida, no solamente la humana sino todas las formas existentes; hay diversas fórmulas propuestas por pensadores interesantes, las más desoídas, para mi es el cultivo de una cultura sensata, la cual se base en fortalecer los valores primordiales emanados de la ética-moral, para ello el ingrediente fundamental es la voluntad de hacerlo con inteligencia.
En verdad preocupa que ahora la sociedad esté sumida en el consumo de estupefacientes, violencia, retos y amenazas; para alcanzar los acuerdos es impostergable renunciar a esa desintegración la cual parece ser el camino absoluto, nada más reprobable, es como renunciar a nuestra esencia humana. Así lo percibo a diario, en las noticias que privilegian los actos irracionales, la sociedad no puede acostumbrarse a esos comportamientos, jamás será sano.
El total de alternativas para salir de este laberinto de contradicciones se tienen que sumar o tal vez multiplicar en la mente de los seres humanos en todo el mundo, en otras palabras, conformar una filosofía humanista; es avizorar virtudes morales e intelectuales, cambiar hábitos que hoy dominan desde la tecnología como el uso indiscriminado de los aparatos móviles (celulares) que han sustituido a la comunicación humana, aspecto que antaño sirvió para resolver múltiples problemas y tener alternativas inteligentes, hoy avasallada por la desproporción de las llamadas redes sociales, usadas en la mayoría de los casos con insensatez.
Toda la energía social, desde mi opinión, debe dirigirse a fortalecer virtudes humanas y excelentes hábitos morales con el objetivo de operar en beneficio de las facultades inteligentes hasta descubrir y perfeccionar las formas de pensar y actuar, perfeccionarlas ante tantas tentaciones insanas, saber cuál es el camino pertinente no será fácil en un mundo cada vez más descompuesto, lo sé y también de la necesidad de ordenar los procesos. Con ello se logrará, sin duda un mejor mundo y vida para los que han renunciado a la sensatez.
No es utopía. Es la necesidad actual con su más importante actor que es el ser humano; ese ser olvidado y con el cual se experimentan variados procesos dañinos, retomar entonces el humanismo desde su esencia, no su apariencia; e inducir el pensamiento creativo desde la escuela, en otras palabras descubrir la verdad de lo que realmente permite lograr la felicidad, esa es para mí la búsqueda más importante del verdadero ser humano. masryram@msn.com