Quinta esencia de la vida
Transcurre ya la segunda mitad del año y los problemas sociales se acrecientan. Algunos organismos internacionales como la ONU alertaron que el 2021 sería un año catastrófico “Será probablemente el año de la peor crisis humanitaria” por los conflictos generados por la pandemia, la contaminación y la violencia exacerbada; por lo que existe una fuerte tendencia a la depresión en las personas.
La depresión es denominada como el “Mal del Siglo XXI”, pero ya en siglos anteriores ésta figuraba como tal. Por ello y desde una visión particular, la depresión surge por un exceso de toxinas emocionales por tantos acontecimientos nocivos que llevan al hastío, el cual deriva en un adormecimiento o evasión social denominada: indiferencia.
Se dice que la indiferencia es el apoyo silencioso a favor de la injusticia. Todos los días se observan sinnúmero de indignas atrocidades contra la naturaleza, el mundo animal y contra el propio ser humano. La indiferencia como permisividad extrema repercute en un fatídico libertinaje; en otras palabras, anarquismo total o también derivación en el temerario “sálvese quien pueda”.
Para minimizar esta propensión, la única arma que tenemos los seres humanos es el poder del amor, pero no como lo idealizamos, sino como lo describe sabiamente Albert Einstein en una carta dirigida a su hija Lieserl, llamada: El amor…
“Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los perjuicios del mundo.”
“Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación.”
“Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el ‘Amor’.”
Cuando los científicos buscaban una teoría unificada del universo, olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas. El Amor es Luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. El Amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo. El amor revela y desvela. Por amor se vive y se muere. El Amor es Dios, y Dios es Amor.
Esta fuerza lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida. Ésta es la variable que hemos obviado durante demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo.
Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E=mc2 aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites.
Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser sintiente que en él habita, el amor es la única y la última respuesta.
Quizás aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada.
Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la vida.” masryram@msn.com