Propósitos sanos

Si el deseo de disminuir peso es para encajar en los estereotipos de perfección actuales, ya empezamos mal

SanaMente

Ana Paula González Toledo

Psiquiatra

Enero es la temporada alta de los nutriólogos y los gimnasios. Cada año encontramos que hay que retomar el propósito de “Bajar de peso e ir al gimnasio” y creo que este año nuevo es muy distinto a los demás. La pandemia provocó un aumento de peso en la población de 3 kilogramos en promedio, algo en lo que muchas personas cayeron en cuenta al socializar de nuevo a raíz de un aparente cese en las medidas restrictivas sanitarias por covid-19.

El deseo de bajar de peso debe analizarse siempre, y más durante un periodo tan complejo como el que vivimos. Hay que prestar atención a las motivaciones que la persona tiene para bajar de peso, tener cuidado que la búsqueda no se vuelva obsesiva y en general que el propósito parta de un estado mental adecuado.

Cuando la prioridad es encajar en un estereotipo ajeno y la salud pasó a segundo término, la persona se lastimará física, psíquica y emocionalmente.

Aunque es un trastorno del que se habla poco, los trastornos de la conducta alimentaria son comunes y graves. Se van formando poco a poco, en ocasiones el deseo de cambiar nuestro cuerpo nace de las expectativas que tienen los demás acerca de la belleza o de las críticas que las personas que nos rodean hacen respecto a al peso y la figura en general.

Los problemas relacionados a la conducta alimenticia suelen originarse en la adolescencia. Los adolescentes tienden a poner como prioridad el aspecto físico, y es la población con mayor riesgo de sufrir un trastorno alimenticio. Las expectativas sociales de belleza hacia la mujer, se reflejan en que 9 de cada 10 personas afectadas son mujeres. Si el deseo de disminuir peso es para encajar en los estereotipos de perfección actuales, ya empezamos mal. La sobrevaloración del peso y la figura. Uno no amanece de un día a otro con conductas y pensamientos desadaptativos, como pueden ser comer muy poco o realizar ejercicio de manera excesiva descuidando así otras áreas de funcionamiento.

Hay distintas enfermedades asociadas al trastorno de alimentación. De la más hablada es de la anorexia nerviosa, que se caracteriza por las dietas, restricciones y el abuso de ejercicio físico. Una de las más frecuentes es la bulimia, que destaca por los atracones, vómitos y pérdida de control. Le sigue el trastorno por atracón, que a la larga deriva en aumento de peso de hasta 30 o 40 kg. El cuarto tipo son casos menos severos pero con riesgo a cronicidad; pacientes preocupados por la imagen o peso, con solo algunas conductas o más esparcidas por el tiempo.  Detectar de manera oportuna temprana, de los estándares de valor, pensamientos y hábitos desadaptativos, tanto dentro de las familias  como en lo que se les enseña y ven los niños, son la mejor terapia.