Prohibido prohibir…. Y mucho menos a los aliados
Hablemos en serio
Javier Orozco Alvarado
Investigador de El Colegio de Jalisco, A.C.
El pasado fin de semana estuvo lleno de acontecimientos importantes que nos obligan a reflexionar sobre temas que nos interesan, tanto a nivel nacional como local. El primero de ellos, sobre la salud del Presidente de la República y las declaraciones sobre su “Testamento político”; la captura de uno de los supuestos líderes del CJNG en Puerto Vallarta, lo que hace ver a esta localidad como un destino turístico seguro; y el boicot que el pasado sábado 22 de enero sufrió el Comité Estatal del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en su pretensión de tomar protesta a delegados y directivos de ese partido en el emblemático Salón Real del Oro.
Al respecto, es bueno que los gobiernos de la Cuarta Transformación estén haciendo algo por mantener la seguridad, el orden y la continuidad del proyecto de nación del presidente Andrés Manuel; pero no es correcto que los aliados del presidente tengan que padecer el fuego amigo de los gobiernos de Morena. Pues no deberían olvidar que las alianzas del PVEM y el PT con Morena en 2018 los llevó a la presidencia de la república; que en 2021 varias de las diputaciones federales, incluyendo la de Bruno Blancas en el Distrito 05, se lograron gracias a estas alianzas; y que, en el futuro, estos partidos seguirán siendo necesarios para que Morena gane elecciones en el 2024.
Hasta ahora, muchos de los adversarios y hasta los simpatizantes del presidente, no logran descifrar lo que quiso decir el primer mandatario. Por principio de cuentas, la Constitución no establece ni ese derecho ni esa obligación a ningún presidente y, mucho menos, que un testamento pueda ejecutarse en vida del testador. Por eso deberíamos entender que el presidente dejará a los mexicanos, no un testamento sino un legado; un legado que tiene como principio “prohibido prohibir”. Que para seguir transformando a México debemos “erradicar la corrupción y la impunidad”; entender que el “pueblo pone y el pueblo quita”; que el “pueblo es sabio”; que “vivimos en democracia” y que “tenemos derecho a disentir”.
Y es que realmente el Partido Verde fue objeto de un atropello que violenta no sólo el derecho de asociación o “el derecho a vivir en democracia” sino el derecho de los ciudadanos a “decidir sabiamente” del lado de quienes quieren estar. En primer lugar, porque el PVEM solicitó con suficiente anticipación la autorización para llevar a cabo su “Toma de protesta”, la cual fue dictaminada favorablemente por el Director de la Región Sanitaria VIII el 19 de enero, para llevarse a cabo en las fechas previstas por ese instituto político. En segundo lugar, porque unos minutos antes de que se abriera al público dicho Salón, se presentaron las autoridades de la Dirección de Reglamentos a clausurar el establecimiento argumentando otras irregularidades ajenas al evento oficial.
Este atropello muestra no sólo la intolerancia y el abuso de las autoridades municipales en contra de los derechos ciudadanos, sino la falta de respeto a los lineamientos establecidos por las autoridades sanitarias, los acuerdos de la mesa de salud y las resoluciones del gobierno del estado, sobre todo, porque el aforo que se tenía contemplado era inferior a las 800 personas que establecía como límite la Secretaría de Salud Jalisco; disposiciones que estaban vigentes del 14 de enero al 12 de febrero de 2022, siempre y cuando se cumpliera con los protocolos de salud.
Es decir, que la arbitraria clausura instrumentada por la Dirección de Reglamentos, que además fueron acompañados con elementos de seguridad pública para disuadir a los asistentes, no se justificaba por ningún motivo, porque ni siquiera dieron oportunidad de constatar si se cumplía o no con los protocolos de salud, con el exceso de aforo o con el permiso de la autoridad correspondiente. Y fue todavía más arbitraria esta decisión porque, debido a este boicot, algunos medios difundieron públicamente que la concurrencia no había llegado ni siquiera a 150 personas.
Esperemos que el nuevo gobierno entienda que el Partido Verde y el PT no son enemigos; que son aliados del presidente y que de no haber participado y atraído votos en la elección del 2021 en Puerto Vallarta, lo más seguro es que hubiera vuelto a ganar el MC. Que no olviden que el PV y el PT también son Cuarta Transformación, que tengan un poco más de talento y de sensibilidad política para entender la política.