Primero seguridad, después nombres e imagen
Plumazos / Carmina López Martínez
Segunda parte
Mientras tanto, en el “municipio hermano” jalisciense, se analizó en Cabildo que la imagen no esté sujeta a cambios de administraciones, es decir, que en cada gobierno entrante no se pinte la ciudad con el color del partido en turno, sino se mantenga acorde a la identidad del estado, prioritariamente con los colores azul y amarillo del escudo oficial que lo representan a nivel nacional.
El sustento de esta propuesta es lograr un ahorro significativo en pintar patrullas, bardas, parques y demás espacios, además de papelería y todo lo que lleve el sello de la administración con su partido.
Precisamente en los actuales gobiernos de Jalisco y de Nayarit esta propuesta se mantiene, conforme a las indicaciones de los mandatarios de ambas Entidades Federativas. Pero a nivel municipal la imagen es otra, muy apegada a los colores partidistas. Esto debe quedar obsoleto, porque los tiempos ya lo exigen.
Es momento de que los políticos abandonen el hábito de proponer cambios de marca conducidos por la intuición, porque actualmente la mercadotecnia no funciona así, ya se tienen suficientes herramientas tecnológicas para proponer con base en métricas y analíticas comprobadas.
Urge coordinación
Donde no es imprescindible la mercadotecnia y es visiblemente urgente la atención, es que haya más coordinación de las autoridades de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas para reforzar la seguridad como zona metropolitana. Más comunicación directa y homologación de reglamentos.
Considerando que cada municipio tiene recursos para administrarlos con base en las necesidades y retos; esto no se trata de que haya voluntad, están obligados a destinar un presupuesto para el tema de seguridad, así se establece en el artículo 4 de la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Los recientes hechos violentos en ambos municipios exigen que se priorice la seguridad y muy después se pongan sobre la mesa los cambios de nombres, marcas, letreros y sigan con el pleito innecesario -la lucha de egos- de quién va primero y cuál destino es más importante. No se puede decir de otra forma.
Importa poco qué colores y letras tenga la marca de un destino si prevalece un ambiente de inseguridad; la misma que está ganando terreno en esta zona metropolitana interestatal, con hechos continuos y que están documentados en videos y testimonios. ¿O el ataque a la periodista Susana Carreño es un hecho menor?
Hoy la exigencia colectiva es que su caso no quede impune, ni el de ninguna otra persona que ha sido víctima de la inseguridad. ¿Para qué cambiar nombres y marcas si no hay fuerza para defender a la ciudadanía? Primero seguridad, después seguridad y muy al final van las ideas basadas en la intuición y percepciones huérfanas de sustentos especializados.