Por qué la inteligencia emocional es indispensable para el éxito

Empresa Familiar / Por C.P.C. y M.I. José Mario Rizo Rivas

El éxito de un negocio familiar no tiene como objetivo el éxito en sí, sino el bienestar de la familia
Empresa Familiar Mario Rizo Experto y escritor de libros sobre empresas familiares y gobierno corporativo @mariorizofiscal

“Tener un lugar a donde ir es tener un hogar. Tener a alguien a quien amar es tener una familia. Y tener ambos es una bendición”. Anónimo

¿Para qué se crea funda una empresa familiar?, ¿para el éxito de un solo individuo o de toda su familia?

Como ya es costumbre, quisiera empezar este artículo compartiendo otra fábula que encontré hace poco y que me ha gustado mucho. Circulan muchas versiones en internet, y parece que la cuestión de su autoría no es del todo clara, pero creo que vale la pena darle difusión. Cuenta la historia de un joven que un buen día visitó a un sabio consejero, pues se sentía afligido por los sentimientos encontrados que tenía por su familia. Desde que entró a la adolescencia había tenido muchos conflictos con sus padres y discusiones casi a diario. El joven pensaba dejar la casa y no volver nunca más, así ambas partes, él y su familia, pensaba él, estarían en paz.

El sabio lo escuchó pacientemente, y al final solo le dijo una cosa:

—Ámala.

—Pero, —tartamudeó el joven—, sigo sin entender…

—Ámala —insistió el sabio.

El joven se veía todavía más confundido, así que el sabio le pidió que se sentara un momento y escuchara lo siguiente con atención:

—Hijo, amar es una decisión, no un sentimiento. Amar es dedicación y entrega, es un verbo, una acción, y el fruto de esa acción es el amor. ¡El amor es un ejercicio de jardinería! Arránca lo que hace mal, prepara el terreno, siembra, sé paciente, riega y cuida. Prepárate porque habrá plagas, sequías o diluvios, pero no abandones tu jardín. Simplemente ama. ¿Sabes por qué? Porque la inteligencia sin amor te hace perverso; la justicia sin amor te hace implacable; la riqueza sin amor te hace avaro; el éxito sin amor te hace arrogante; el trabajo sin amor te hace un esclavo.

El sabio hizo una pausa y luego dijo:

—Y la vida, sin amor, no tiene sentido.

Primero la familia, luego la empresa

Bien dice el sabio que la riqueza y el éxito sin amor hacen más mal que bien. Cuando llegamos a cierta edad, nos damos cuenta de que el éxito profesional y las riquezas no valen la pena si no tenemos con quien compartirlas, o si hemos sacrificado los grandes momentos de la vida para obtenerlos. El caso de las empresas familiares no es diferente. Vivimos en una época hipercapitalista, donde ser altamente competitivos e individualistas es parte de nuestra cultura. Pero la verdad es diferente, y es algo que puedo asegurar basado en mi experiencia: al final lo que nos queda son nuestros seres queridos.

Una empresa familiar se construye, entre otras cosas, para crear un sustento y un legado, generoso y duradero, para la familia y sus siguientes generaciones. El éxito de un negocio familiar no tiene como objetivo el éxito en sí, sino el bienestar de la familia. ¿Qué pasa si el negocio prospera, pero la familia queda destruida por riñas y envidias? ¿De qué sirvió todo el esfuerzo? Por lo tanto, la riqueza sin amor es más un pesar que una bendición.

Por supuesto que, para amar, o como dice el sabio, para trabajar ese jardín que es el amor a la familia, también es necesario mucho trabajo, mucho aprendizaje. Aquel joven de la fábula tiene todavía mucho por aprender, y si mañana pudiera platicar con él, me gustaría darle los siguientes consejos.