¡Por fin! …18 años después

Voceros Incansables / Por Félix Fernando Baños

El pasado 20 de noviembre se volvió a develar la estatua del General Emiliano Zapata después de haber estado, primero embodegada y luego abandonada durante catorce años por las administraciones municipales que presidieron Gustavo González Villaseñor, Francisco Javier Bravo Salazar, Salvador González Reséndiz, Ramón Demetrio Guerrero Martínez, su interino Javier Pelayo Méndez, Arturo Dávalos Peña en su primer período y su interino Rodolfo Domínguez Monroy.

En 2020, en el segundo período de Arturo Dávalos Peña, el Instituto Vallartense de Cultura la rescató cuando estaba en riesgo de perderse, pero tuvo que embodegarse otra vez porque el H. Ayuntamiento no decidió dónde volver a instalarla. Y así pasó cuatro años más, en que transcurrieron las administraciones del otro interino de Dávalos, Jorge Antonio Quintero Alvarado, y la de Luis Alberto Michel Rodríguez y su interino Francisco José Martínez Gil.

Esta historia empezó cuando el alcalde Gustavo González Villaseñor autorizó construir un estacionamiento debajo de la plaza Lázaro Cárdenas. Al desmontar las estatuas para iniciar la excavación, los constructores quebraron por las rodillas la del General Emiliano Zapata, la enviaron a restaurar al taller del maestro Octavio González Gutiérrez, y allí se quedó, porque nunca la recogieron. Pasados varios años, el maestro Octavio urgió al H. Ayuntamiento que mandara por ella, ya que iba a cambiar su taller a otro lugar y tendría que dejarla. Cuando el taller se cambió, y el H. Ayuntamiento quedó al cargo, dejó la estatua abandonada en aquel sitio hasta 2020.

La escultura del General Emiliano Zapata y su pedestal son las dos partes del mismo monumento. Ambas fueron escogidas en 1985 por el H. Ayuntamiento presidido por el alcalde Jorge Leobardo Lepe García en un concurso al que se invitó a destacados escultores de amplia trayectoria nacional. La estatua es obra del maestro Manuel Romo Aguirre, y el pedestal del maestro Luis Ortiz Monasterio. El monumento debía instalarse en la plaza Lázaro Cárdenas haciendo pareja con el del Presidente de la República del mismo nombre, cuya estatua fue obsequiada al H. Ayuntamiento por el señor Máximo Cornejo Quiroz.

Originalmente se planeó que estas estatuas estuvieran a un lado y otro de la Casa de la Cultura, pero el alcalde Aurelio Juventino Rodríguez Garza, sucesor del arquitecto Lepe, demolió la construcción en obra negra que iba a ser la Casa de la Cultura e hizo la plaza en su lugar.

En 1995, la Regidora María Inés Francia Romo enteró al Presidente Municipal Luis Fernando González Corona del proyecto inconcluso del monumento a Zapata, y se decidió darle cumplimiento. La estatua se fundió con una altura de tres metros en 1996, donada por los señores Guadalupe Humberto Esparza Flores y Roberto Cueva, y se instaló en 1997, siendo alcalde interino el contador Humberto Muñoz Vargas. Se le puso el pedestal que había diseñado el maestro Luis Ortiz Monasterio.

Es de veras estimulante la actitud cívica del nuevo Ayuntamiento y su decisión de enfrentar rápidamente viejos rezagos.