Planear con objetivos y metas precisas
Red Interna / Humberto Famanía Ortega
Es tiempo en que se deben tomar prevenciones para evitar después situaciones que vendrán en detrimento para los núcleos de población de cualquier densidad. Se deben buscar municipios cuya actividad principal sea el turismo y clasificarlos según sus atractivos, ya sea por el religioso, de negocios, deportivo, o bien por el de la propia naturaleza que hacen despegue y se conviertan en verdaderos destinos turísticos. Muy especialmente por aquellos que por su entorno son favorecidos por su flora, fauna, montañas, ríos y mar, ya que son estos en donde se debe de crear conciencia ante el medio ambiente.
En este caso muy especial, me referiré a la zona costera norte de Jalisco y sur de Nayarit. Nuestro mar es receptor de todas las inmundicias que arrojamos, y también desembocan los ríos y arroyos donde transportan agua dulce y algunos elementos alimenticios para equilibrar la vida marítima. Hoy en día vemos con tristeza que, muchas poblaciones no tienen los servicios necesarios para hacer que esta contaminación no afecte a los habitantes locales y turismo, tanto nacional y extranjero. Son los tiempos de exigir a nuestras autoridades se conviertan en verdaderos gestores ante el sector público y privado.
Cuando se planea un nuevo centro de población, se deben tomar en cuenta primero las obras de infraestructuras necesarias, y así lograr los equilibrios que busquen una vida armónica. Desgraciadamente, hoy en día se hace lo contrario, primero venden u ofrecen el terreno, construyen, y al final se buscan los servicios, pero eso sí, todos exigimos nos doten de agua y alcantarillado y ejes viales. Creo que es muy importante que aquellas obras que comienzan, y sean de gran densidad, se les exija el compromiso de otorgar las instalaciones necesarias para su operación. También es justo y necesario se coordinen los responsables de suministrar servicios.
Para todos es sabido que con la apertura de los tratados de libre comercio, las diferencias se amplían, porque las regiones con mala infraestructura, deficiente capital humano y gobiernos incapaces, no pueden aprovechar los frutos del nuevo modelo de desarrollo.
Es hora de poner mucho ojo en quienes nos gobiernan, que sean capaces, honestos, trabajadores, y con sensibilidad para gobernar a todos. Nos gusta vivir en el engaño, y darle pan y circo a los gobernados con obras de relumbrón y sonrisas fingidas, son máscaras con rostros ocultos que siguen abusando de la nobleza de su pueblo. El proceso político es el que determinará qué tanto las políticas públicas federales y estatales permitirán subsanar las carencias, por eso es importante trabajar unidos sin grillas tontas.
Quienes sufrimos de las inclemencias de las divisiones entre corrientes políticas no afines al progreso de nuestra sociedad, vamos a caer en la indiferencia de quien tiene el control de la administración y finanzas de un país y de un estado. La madurez es la que deberá de prevalecer para alcanzar un bienestar creciente y armónico. En todo deberá de existir la planeación para lograr realizar de una manera organizada todas aquellas acciones con objetivos muy precisos. Cuanto más tiempo pase sin que se actué, más difícil y más caro cada vez resultará el remedio. Desde luego no deben olvidarse las verdaderas causas de la criminalidad; la miseria, el desempleo, la marginación, y la falta de oportunidades.
En Puerto Vallarta Jalisco, estamos viviendo una etapa de progreso en lo que corresponde a una mayor afluencia de turismo, por tal motivo, está creciendo la infraestructura en servicios de hospedaje, condominios etcétera, y no vemos avances en el crecimiento de la infraestructura urbana. Estamos cayendo en una trampa en la que, si no ponemos el remedio, vamos a caer al fondo muy rápido, me refiero sobre todo a la del suministro de agua y alcantarillado, con una planta de tratamiento, moderna y eficaz.
Se siguen autorizando construcciones, sin tener conciencia del daño que recibirán por no poder contar con todos aquellos elementos que garanticen el manejo adecuado de estos lugares, que aunque bellos y modernos, no poseen dichos servicios en forma eficiente.
Tenemos hermosas instalaciones con detalles de lujo, pero todo el desecho orgánico va a provocar muy pronto inseguridad sanitaria, y me pregunto, ¿quiénes serán los culpables, los empresarios o las autoridades que permiten este tipo de anomalías?
Urge pues que se logre convencer a la autoridad federal y estatal, de la importancia de estas obras necesarias para seguir generando ingresos que son millones que se derivan de los ingresos de la actividad turística. Es hora de agarrar al toro por los cuernos y dejar atrás todos aquellos miedos mediocres por no perder su alta investidura.
-. La diferencia entre lo cambiante y lo que debe de ser permanente, es trascendental. –