“Personas Tóxicas”
SanaMente / Ana Paula González Toledo / Psiquiatra
Llevo unos meses intrigada por lo que -en la cultura popular de las redes- denominan como persona tóxica. He visto que cuando se habla en la cultura general de toxicidad, se refieren a rasgos de la personalidad o formas y modos de ser de los individuos que no tienen en cuenta el impacto de sus acciones sobre los demás.
Algunos psicólogos actuales sobre todo en Estados Unidos le llaman toxico a los comportamientos que una persona tiene y que, aunque afectan a las personas a su alrededor parece no importarles. Son personas que tienden a devaluar a los demás, que se sienten más que los que los rodean, que opinan sin que su opinión haya sido solicitada, y sobre todo que creen que tienen el derecho a hacerlo.
Habitualmente tienen intereses superficiales lo que claramente se refleja en la conversación, es habitual que hagan monólogos y no perciban que existe un interlocutor con pensamientos y opiniones propios. En palabras simples poco les importa pasar por encima de las de otras personas, primero porque ven a las personas principalmente como objetos que desechan después de su uso y segundo porque están ensimismados.
Es bien sabido que cuando lastiman a alguien les cuesta entender por qué la otra persona resultó lastimada con sus acciones, y es llamativo que no sientan culpa por lo que, nunca ofrecerán una disculpa y si lo llegan a hacer, es más por presión social o por que recibirán una ganancia secundaria al hacerlo, que por un arrepentimiento real y sincero.
Es extremadamente difícil que estas personas cambien, primero porque no es común que busquen ayuda psicológica de manera voluntaria debido a que no perciben nada malo en si mismos. Y segundo porque se trata de patrones y formas de ser muy arraigadas al individuo.
Es común que mucho antes de ser “personas tóxicas” fueron víctimas, sobre todo durante la niñez. Víctimas de comparaciones, abandono o rechazo, hambre, carencias o cualquier tipo de maltrato infantil. En general las actitudes previamente descritas nacen de un profundo sentimiento de inferioridad que el individuo compensa tratando de mantener una imagen de sí mismo inflada, percepción que trata de mantener a toda costa y que en realidad es tan inflada que le obstaculiza ver más allá de sí mismo y en ocasiones casi cae en lo delirante es decir fuera del marco de la realidad.
Está de moda el tema y me parece excelente que existan métodos descritos para ser “inmunes” a estas personas. He visto que la técnica más recomendada es irse a “contacto cero” esto es; alejarse por completo de la persona y no tener ningún tipo de contacto, si esto no es posible, se pasa a la técnica de “roca gris o de no engancharse” y por último siempre es importante ser asertivo hacia ellos y establecer límites claros y realistas. La información de esta columna fue recabada principalmente del más reciente libro de la Psicóloga estadounidense Ramani Durvasula.