Perseverar es lograr: la constancia como una inversión para la vida

Seguir un sueño y hacer las acciones necesarias con persistencia, en una empresa familiar o en la vida, es la mejor manera de convertirlo en realidad.

“La persistencia y la resiliencia solo provienen de haber tenido la oportunidad de resolver problemas difíciles”.  Gever Tulley

La perseverancia es, con seguridad, una de las cualidades más valiosas para el trabajo y la vida. Dentro de una empresa familiar puede representar el logro de la mayoría de los objetivos planteados. Es necesario tener claro que ser perseverante no es ser necio, la constancia implica mantener fijos objetivos realizables, benéficos para la estabilidad empresarial, profesional y personal, contrario a la necedad que carece de inteligencia para sostener una premisa en el tiempo.

Perseguir un sueño, incluso con algunas circunstancias adversas, es condición de todos como seres sociales. La historia está repleta de grandes líderes, en diferentes áreas de desarrollo, que han dejado una huella para futuras generaciones. En Los 11 líderes más inspiradores según los millennialsse pueden leer nombres como el de Nelson Mandela, que implementó una auténtica democracia en Sudáfrica o el de Mahatma Ghandi, como activista pacífico que buscó el progreso en India.

Pienso, a partir de lo anterior, en un ejemplo formidable que hoy todos reconocemos: me refiero a Ludwig van Beethoven. Este compositor y músico, hoy conocido en todos los rincones del mundo, perseveró a pesar de sus condiciones sociales y de salud. Las distintas biografías que existen sobre él exaltan más o menos estos contratiempos, como el alcoholismo de su padre o el desamor, pero es un hecho que su interés primordial era la música y que la sordera que paulatinamente comenzó a desarrollar significaba una dificultad terrible. A pesar de ello, Beethoven no se rindió y encontró maneras de proseguir en su objetivo, convirtiéndose en uno de los más reconocidos compositores, logrando éxitos impresionantes en su época y en los siglos posteriores.

Decir que es importante perseguir los sueños, no rendirse, muchas veces puede parecer fácil y al encontrar complicaciones esa aparente facilidad se convierte en desánimo o desesperación. Reflexionar al respecto es muy útil pues de esta manera visualizamos dónde estamos, a dónde queremos llegar y de qué manera queremos hacerlo. Tomarnos unos minutos para pensar en esto y darle orden, por ejemplo, escribiéndolo, puede marcar una gran diferencia. Es de mucha ayuda establecer prioridades, examinar el estado (en cualquier nivel) en que nos encontramos, asumir si nuestras metas han cambiado, encontrar desahogo para la confusión o el estrés y tener claro que siempre hay más objetivos por cumplir, otros sueños que perseguir.

En el ámbito de las empresas familiares es primordial comprender que la motivación y el liderazgo van de la mano para lograr resultados saludables en la empresa. Esto se observa en el desarrollo del equipo de trabajo, desde los puestos con mayor experiencia y responsabilidad hasta los más sencillos.

Las cabecillas pueden colaborar para el crecimiento motivacional de las personas a su cargo, de igual manera que la disposición de los colaboradores fortalece el liderazgo de los jefes.

En Liderazgo y motivación en la empresa: cómo se influyen entre sí, se señala que “es la emoción la que más contribuye a que las personas que forman parte de la empresa luchen cada día para alcanzar los objetivos establecidos”. La motivación y perseverancia parecen ser el secreto para un éxito firme y duradero.

Dedicar tiempo a la reflexión de nuestros objetivos, íntimos, profesionales y empresariales, debe entenderse como una inversión para la vida, pues es la línea de salida para una carrera con muchas y diferentes metas de llegada. La satisfacción que la perseverancia otorga es incalculable cuando por fin los frutos de ese esfuerzo llegan. Gracias a ello es que conocemos las sinfonías de Beethoven, que la tecnología sigue desarrollándose y que una empresa alcanza sus objetivos a pesar de los contratiempos.

“No hay fórmulas secretas para el éxito. Es el resultado de tu preparación, trabajo duro y aprender de los errores.” Colin Powell