“Origen y Destino”- “El Ballenato” y “La Rueda Móvil”
Voceros Incansables / Por: Félix Fernando Baños
“El Ballenato”, bronce a la cera perdida, con una parte movible (la lengua) e instalación eléctrica e hidráulica, es figuración de “la cría del ser más grande que habita la tierra…una alegoría de esperanza con el nuevo milenio”, según lo presentó su autor, el maestro Pedro Tello. Se encuentra casi al eje de la calle Allende, recostado al centro de una plataforma que prolonga perpendicularmente el Malecón hacia el océano, con la cola al poniente y la boca abierta al oriente. Su cuerpo ahora se ve cilíndrico y delgado –más parecido al que se atribuía en la antigüedad a las serpientes marinas, incluida la voluta que se forma junto a la cola- debido a que sólo es su parte superior, pues se modeló y fundió para ser instalado dentro de una fuente, como si emergiera del agua, por la que estaría cubierto. Los contratistas Trama Arquitectos, S.C. /Estudio 3.14 demolieron la fuente cuando fundieron en una sola losa de concreto el Malecón, la banqueta del Paseo Díaz Ordaz y su arroyo para circulación de vehículos, y no la reconstruyeron.
En lugar de la fuente, “El Ballenato” se encuentra instalado sobre una rejilla metálica, para que escurra el agua que arroja por el dorso en forma de chorro cuando alguien mete la mano en su boca abierta y empuja hacia abajo la lengua, que es la palanca con que se acciona el mecanismo hidráulico.
Este mecanismo requiere mantenimiento constante, como el que tienen los parques de diversiones. Desgraciadamente, el Malecón no está preparado para atender este requerimiento, que es un caso único entre las esculturas que lo adornan, por lo que es frecuente que “El Ballenato” esté sin funcionar, privando, sobre todo a los niños, de la interactividad que planeó el escultor para divertirlos. Y como también, por desgracia, hay turistas depredadores, a veces se encuentran latas, vasos de plástico, envolturas de comida chatarra y demás basura en la boca de “El Ballenato”, y eso que muy cerca se encuentran botes para depositarla.
“La Rueda Móvil”, que “nos remite a la dependencia del hombre con las máquinas, presentes en todo momento de nuestra vida” es una figura ligeramente ovalada, de sección cilíndrica, más gruesa en su mitad inferior, que giraba parcialmente alrededor de su eje, arriba del centro del círculo, mediante un solo rayo. Éste se aloja en los brazos escindidos y aplanados de un soporte tubular, cuya forma aproximada de medio círculo acoge a “La Rueda Móvil” antes de anclarse en el suelo tras formar una voluta.
El autor eliminó la interacción del público con esta escultura. Cuando se instaló en 2011, giraba parcialmente, según estaba diseñada. Pero quienes la movían la forzaron al tratar de que girara por completo, terminando por dañarla. Debió ser removida para repararla en la fundición. Regresó a su sitio completamente rígida. Está situada sobre el extremo sur del murete que limita por el poniente la plataforma en que se encuentra “Origen y Destino”.
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