Nosofobia “el miedo a enfermar”
Medicina Familiar
Marco Antonio Inda Caro
Médico de Familia
Una niña de 7 años con antecedentes de alergias y respuesta anormal respiratoria desde los 4, llega con un cuadro clásico pulmonar alérgico manifestado por dificultad para respirar, que se detona como botón de pánico al presentar un cuadro gripal.
La madre llega solicitando atención tranquilamente hasta la ventanilla de urgencias como lo ha hecho cada año, pasando entre las personas ahí presentes, dirigiéndola hacia el módulo respiratorio, estando ahí, espera entre otras personas, no alcanza a ser valorada y de nuevo la regresan a urgencias entre las personas en espera de turno, donde por fin y después de 4 horas, se le realiza una prueba rápida siendo negativa, deciden ingresarla para su manejo al área de urgencias entre el resto de la población.
Cuatro horas después, ya dentro del área de urgencias, no mejoró al manejo, agregándose más dificultad para respirar, se revisa la misma prueba, evidenciando prueba positiva, es aquí donde inicia un tsunami llamado Nosofobia generalizada entre el personal que labora y entre los mismos pacientes, incluso un paciente de 70 años que estaba ahí por dolor sin medir palabra, pide su alta voluntaria, porque estuvo cerca de la niña con tos dentro del área de urgencias a escasos 5 metros de distancia, el personal médico y paramédico se colocan su ajuar biológico.
Con una ansiedad generalizada y una actitud de franco rechazo, es trasladada al HGZ 33, donde es recibida con gala por el personal adscrito, vestidos con trajes típicos de un evento infectocontagioso, ven a la paciente tranquilamente como si nada, oxigenando al 100%, le realizan otra prueba antigénica con resultado negativo, haciendo extensivo en mensajes de Watts App a la comunidad médica de la institución.
¿Cuál fue el error? No se le practico otra prueba, se basaron en la misma. El miedo a enfermarse no se sospecha entre los camiones de pasaje que van como cerillos, en las combis que pasan como sardinas enlatadas, en las reuniones sociales como bailes, celebraciones de cumpleaños, posadas, restaurantes repletos que incluso nos hacen esperar a que se desocupen las sillas, ahí no hay Nosofobia, ahí vamos socialmente sin pensar en que nos vamos a enfermar, nos vamos a distraer. No es hipocondría, los hipocondriacos damos santo y seña que algo se semeja, es constante y comparamos signos y síntomas que nadie se da cuenta del diagnóstico, solamente el que los siente.
El saber que las vacunas protegen contra la enfermedad grave, es un alivio mental que se manifiesta cuando sentimos la aguja dentro del brazo, hay personas que todavía se niegan al referir que con la vacuna ya no se van a enfermar, es la falta de pericia la madre de los errores médicos que se subsana con la buena práctica.
La tendencia mundial habla sobre el uso generalizado de las vacunas anti-covid.
¿Y qué hay con el resto de la población que sufre Nosofobia? La nosofobia es milenaria, se han encontrado pinturas rupestres de nuestros antepasados demostrando epidemias que afectaron a las poblaciones enteras, momias egipcias donde se ha encontrado la bacteria de tuberculosis, se han descritos epidemias como la gripe española que devastó poblaciones enteras de Europa; ya llegará el día en que nuestro pensamiento logre modificarse y avancemos poco a poco con las vacunas para ver el final de esta pandemia.
En nombre de la población médica y paramédica, pido enérgicamente una gran disculpa por el mal rato ocasionado a la madre de esta paciente de tan solo 7 años, que lo único que hizo era acudir para recibir atención médica sobre una enfermedad ampliamente conocida por la madre, y también por el personal de las unidades médicas, agregando que casi todo el personal está vacunado contra el covid-19.