No mentirás, ni levantarás falsos en contra de nadie

Los jóvenes reunidos en una cafetería comenzaron a reír cuando vieron que un niño le metió el pie a un chico que iba distraído viendo su celular y este casi se cae al piso.

Cuando su mamá vio que el joven casi cae y vio a sus hijos con cara enojada, el niño se espantó e inmediatamente señaló a su hermanito más pequeño diciendo: “¡Él fue!”. El pequeño no sabía qué pasaba, y de inmediato la mamá le pegó una nalgada a su hijito. El niño comenzó a llorar a gritos.

El joven recién egresado se levantó enojado y le dijo al niño travieso: “¡No mentirás ni levantarás falsos en contra de nadie! ¿Es eso lo que en realidad querías? ¡Que le pegaran a tu hermanito! ¿Estás contento por tu fea forma de actuar?”.

La mamá se le quedó viendo con extrañeza y preguntó: “¿En realidad el pequeño no fue?”.

El joven expresó: “¡Así es! Y… ¡No es correcto pegarle a sus hijos! Es mejor hablarles con mucho amor y explicarles lo que es bueno y malo desde muy pequeños. Solo así lograremos una mejor sociedad para nuestro querido México y, sobre todo, para todas las familias”.

La madre comprendió su error, le dio las gracias al joven y abrazó amorosamente a su hijito pequeño, pidiéndole perdón por su gran falta. Y continuaron con su camino.

Todos los jóvenes felicitaron al joven recién egresado y continuaron platicando.

La joven sin pelo dijo: “Es muy triste enterarme de cómo es capaz una persona de mentir sin temor a nada, con tal de salirse con su aparente triunfo”.

La chica hermosa preguntó: “¿Qué fue lo que pasó?”.

La joven sin pelo le dijo: “Ayer, una de mis vecinas, cuando el marido de la vecina de enfrente llegó, salió para decirle que había visto a su esposa con su amigo comportándose de forma muy misteriosa. En cuanto llegó a su casa, el marido muy enojado comenzó a hacer tal escándalo que sus gritos se escuchaban por toda la calle. Él salió y ella lo siguió diciéndole que eso nunca había pasado, que jamás lo había engañado, ni con su pensamiento, porque en realidad lo amaba mucho”.

La chica hermosa expresó: “¿Te acuerdas que hoy fuimos al restaurante y vimos a tu vecino con esa mujer? Pero como te sentaste de espaldas a ella, yo los estuve observando y ella le comenzó a coquetear de una forma absurda, pero él de inmediato pagó y se fue, dejándola sola”.

El joven burlón comentó: “Recuerdo cómo ella comenzó a mandarle besitos… Ja, ja, ja… Se veía como una tortuga cabezona… Ja, ja, ja”.

Todos rieron mucho. La joven sin pelo comentó: “¡No se vale!”.

Todos: “¿Con qué? Creemos que todo salió muy bien”.

La joven sin pelo expresó tristemente: “¡No es justo que una vecina se comporte como esa criatura mentirosa y quiera dañar tan cruelmente a esa maravillosa pareja que en realidad se aman tanto! Eso no lo puedo permitir, ¡no se vale!”.

La hermosa joven dijo: “No te preocupes más, personalmente iré a reparar tanto daño, iré a hablar con la vecina mentirosa. Tienes toda la razón… ¡no se vale!”.

Al día siguiente, la hermosa joven se armó de valor para decirle a la vecina indeseable: “¡No mentirás ni levantarás falsos testimonios contra nadie!”.

El joven localizó al marido. La joven sin pelo contó la verdad. Y los esposos nuevamente juntos para siempre.

Para mis maravillosos Ángeles Terrenales del “Grupo Canica”.

Cariñosamente, su bisabuelita Ana I.