No existe la familia perfecta

“No existe familia perfecta”. No tenemos padres perfectos, no nos casamos con una persona perfecta, ni tenemos hijos perfectos.    

Tenemos quejas de unos a otros. Nos decepcionamos los unos a los otros. Por lo tanto, no existe matrimonio saludable ni la familia saludable, sin el ejercicio del perdón.

El perdón es vital en nuestra salud emocional y sobrevivencia espiritual.

Sin el perdón, la familia se convierte en un escenario de conflictos y un bastión de agravios. Sin perdón la familia enferma.

El perdón es la esterilización del alma, la limpieza de la mente y la liberación del corazón. Quien no perdona no tiene paz del alma, ni comunicación con Dios.                 

El dolor es un veneno que intoxica y mata. Guardar una herida del corazón es  un gesto autodestructivo. Es autofagia. Quien no perdona enferma físicamente, emocionalmente y espiritualmente.

Es por eso que la familia tiene que ser un lugar de vida, y no un territorio de muerte; territorio de curación y no de enfermedad; etapa de perdón y no de culpa. El perdón trae alegría donde un dolor produjo tristeza; y curación, donde el dolor ha causado enfermedad “.

Papa Francisco

Jorge  Mario Bergoglio.

Qué palabras tan más profundas y ciertas, guarda éste escrito tan lleno de verdad. ¿Cuántas veces decimos, el haber perdonado a nuestros semejantes, y después de otra pequeña desavenencia, sacamos a relucir los recuerdos negativos del pasado?… por ejemplo: “¿Recuerdas cuando en el cunero,  me quitaste el zapatito color de rosa?”…

¿Cuántas veces hemos osado decir, está bien te perdono pero no del todo?… ¡Perdón es olvido!… ¿Acaso sé olvidar?…

Y tú… ¿Cómo andas en la práctica  del perdón sincero?… ¿No crees que para lograr una familia, comunidad, ciudad y México mejor, debemos iniciar lo antes posible, aplicando en nuestros semejantes inmediatos el ejercicio del perdón?…

Comienza hoy… ¡Y te aseguro que te sentirás de maravilla! Cariñosamente Ana I.