No a la guerra y crímenes; rescatar la esperanza y el amor
Consejos de una Abuelita Moderna / Por un México mejor
A la hora del descanso, los jóvenes de la secundaria se fueron a su lugar preferido para comentar sobre el libro “El Principito”, escrito por Antoine de Saint-Exupéry, y al parecer a todos les gustó mucho, y entendieron por qué ha sido el libro más vendido.
Inició el joven sin pelo: Lo que más me gusta de ese Autor es que a pesar de haber sido militar y aviador de la Segunda Guerra Mundial, es que estaba inconforme con la guerra y decía: “NO A LA GUERRA Y CRÍMENES, RESCATAR LA ESPERANZA Y EL AMOR”.
Otro joven dijo: Los únicos que ganan en las guerras son los poderosos y traen desgracias a todos los pobladores afectados…
El más tímido dijo: Es cierto, vean a nivel mundial lo que todos los habitantes de los países viven… Angustias, miedos, pérdidas de sus hogares, hambruna, llantos y desesperación, sobre todo en esos niños solos con hambre y frío, desprotegidos que quedan a merced de esos tiranos…
El del papá enojón expresó: Me encantó cuando escribió: “Sólo se ve bien con el corazón.” “Lo esencial es invisible para los ojos. Los ojos son ciegos. Hay que buscar con el corazón.”
Y también me encantó cuando escribió: “Es necesario exigir a cada uno lo que cada uno puede dar. La autoridad reposa, ante todo, sobre la razón”. Por eso se las dejé a mi papá en su oficina, y en lugar de gritarme, se quedó pensando y cuando me vio, ¡sonrió!
Todos gritaron: ¡Perfecto! Gracias amigo sin pelo por tu maravillosa idea del “Club de la lectura…”
Y agregó el joven: Antoine, nos anima a ser razonables y no presionar innecesariamente a los demás…
Y se escuchó la voz de una chica que incorporándose al grupo dijo: “Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás, si logras juzgarte bien a ti mismo, creas un verdadero sabio… Los observaba desde lejos y cuando quedaron en que leerían “El Principito”, corrí a la biblioteca para buscar el libro y poder participar con ustedes, porque descubrí con su comportamiento, que era mejor el Club de la Lectura que estar criticando a otros… ¿Me permiten participar en su club de lectura por favor? ¡Me harté de pláticas sexuales de chicas opinando a la hora del descanso, sobre esas clases de Educación Sexual y lo único que hemos logrado es ¡perder nuestra dignidad!
Todos felices dijeron: ¡Bienvenida! (Sin que se dieran cuenta, el profesor de Educación Sexual se quedó pensativo, observando lo acontecido y sintiéndose avergonzado.)
El hijo del jardinero, prosiguió: No es más feliz quien más tiene, sino quien valora lo que posee, en mi caso, la beca. Por eso me encantó cuando leí: “Los hombres de tu tierra cultivan cinco mil rosas en su jardín, y sin embargo lo que buscan podrán encontrarla en una sola rosa”… ¡Mi beca y mis amigos!… Todos aplaudieron sonrientes.
El hijo del millonario expresó: “Me fascinó cuando leí, Las personas mayores aman las cifras. Cuando ustedes le hablan de un nuevo amigo, nunca preguntan lo esencial… ¿Cuáles son los juegos que prefiere? ¿Colecciona mariposas?… En cambio preguntarán ¿Cuántos años tiene? ¿Cuánto gana su padre?…etcétera…”
Ante el comentario, todos los alumnos sonrieron.
Expresó el más juguetón: A mí me encantó cuando escribió, Si vienes a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres…”
Todos soltaron una carcajada…
Y el serio dijo: “La avaricia te ciega y te impide apreciar la belleza… ¡Fabulosa lección!
Para mis maravillosos ángeles terrenales del Grupo Canica.
Cariñosamente Ana I.