Momento de regresar a clases universitarias
Mucha tinta ha corrido de diversas maneras producto de la situación de pandemia mundial que casi alcanza los dos años. Por fortuna cada vez mas –así lo quiero ver- las noticias son mejores que al inicio de la misma pandemia. Una de estas noticias la dio el Rector General de la Universidad de Guadalajara, quien junto con los especialistas de diversas áreas que conforman la Sala de Situación, han analizado las estadísticas e indicadores que señalan una disminución significativa en los contagios y defunciones en nuestro estado.
Siendo la Universidad de Guadalajara la segunda universidad en importancia y en diversos indicadores de calidad a nivel nacional, y una de las mejores en Latinoamérica, es un placer escuchar ello. Por tanto, espero poder plantear aquí, como lo he hecho en otras oportunidades, dos puntos, un análisis de lo vivido institucionalmente en educación superior y que toca hacer ahora a los docentes, directivos, alumnos e incluso a los círculos familiares o tutoriales cercanos de los alumnos.
¿Qué ha pasado?
Un desgaste considerable de las personas que trabajan en los sistemas educativos diversos, particularmente en el terreno universitario, los maestros, directivos y alumnos, hemos estado sometidos a presiones diversas, entre ellas: aprender a usar eficientemente tecnologías pedagógicas a fin de suplir clases presenciales (en un contexto en el que aún muchos docentes no contaban con equipo o conocimientos, ni hablar de algunas actitudes no favorables hacia la tecnología de la información y la comunicación). De igual manera un desgaste psico-emocional producto del confinamiento, el cambio en rutinas, en relaciones psico-afectivas, en confinamiento, cambio en ingresos económicos, aprender a gestionar el tiempo de una manera más racional y eficiente, al igual los recursos materiales, económicos y de cualquier tipo, perdida de espacios de socialización y convivencia, perdida en espacios de recreación y deporte.
¿Qué necesitamos hacer?
Ahora que regresamos el lunes 4 de octubre y de manera hibrida, es decir, grupos presenciales reducidos entre doce a quince alumnos, en condiciones de sanitización y distancia, debemos además de tener en cuenta todas esas prácticas de higiene y prevención que hemos preparado, preparar por igual algunas condiciones actitudinales para llevar de la mejor menara el regreso paulatino. ¿A qué condiciones me refiero? Veamos: La actitud, bien dice el refrán que no se puede ir muy lejos con una llanta ponchada o una mala actitud, en este caso en particular, los docentes tenemos la tarea obvia de enseñar, pero igual ahora ser empáticos y asertivos, pero igual los alumnos, pues un binomio educativo no funciona solo en una dirección. A cada uno corresponde hacer bien su “tarea” en este regreso donde lo más importante será tratar de regresar pronto a las condiciones que nos eran familiares, aunque igual cabe la reflexión que ya no seremos los mismos de antes de la pandemia.
Mucha gente, entre ella maestros y alumnos me han señalado que, por otra parte, se han creado nuevas “zonas de confort” y ello a la larga no es bueno, pues justamente la lógica del cambio y adaptación al cambio de manera resiliente, debe permear entre todos. Sí a la tolerancia, pero igual sí al compromiso de trabajo y del trabajo que implica un esfuerzo consciente y que denota un interés por hacer las cosas bien y de buenas, con buena actitud, de buna manera para que todos podamos sentir que el esfuerzo realizado esta valiendo la pena…no solo que esta valiendo… Muchos de los futuros profesionistas necesitan entender que es justamente en estos momentos cuando necesitamos regresar a las buenas prácticas escolares, al esfuerzo consiente y centrado en una formación profesional de calidad y que finalmente es la meta para buscar una mejor calidad de vida, atreves de la capacitación de calidad. Por tanto, menos queja y más acciones de calidad y calidez. Feliz regreso y mis mejores deseos para que sea sano y productivo. Gracias por su lectura.