¿Matrimonios temporales?

Aprendiendo a ser feliz / Por Psicóloga Hania Sosa

Si las parejas supieran que su matrimonio tiene una "fecha de vencimiento", podrían esforzarse más por cuidar su relación.

Hace un par de meses, el diputado Enrique Velázquez presentó ante el Congreso de Jalisco una iniciativa para incorporar la figura de “matrimonio por tiempo determinado”, proponiendo que exista la opción de matrimonios civiles con una duración de 2 a 5 años.

Esta iniciativa busca reducir el porcentaje de divorcios y proteger a las parejas que actualmente viven en unión libre, ya que, cuando adquieren bienes y terminan su relación años después, suele ser difícil comprobar el concubinato, complicando los procesos legales para repartir dichos bienes.

Sin embargo, esta propuesta no es nueva ni exclusiva de Jalisco. En 2011, la diputada Lizbeth Rosas Moreno ya había impulsado algo similar en la Ciudad de México. La noticia se difundió internacionalmente en septiembre de ese año, cuando la BBC News publicó un artículo titulado “Proponen matrimonios ‘renovables’ en México”.

Pocos meses después, en España, otro medio retomó la idea, pero atribuyéndola a autores españoles. El periódico “El Confidencial” mencionó que, en 1992, el psicólogo gallego Jesús María Reiriz desarrolló este proyecto para vincular las leyes con la psicología, y junto con la abogada Mercedes de la Puente Formoso, registraron la propiedad intelectual del modelo de contrato en 1998.

Tanto en España como en México, la principal barrera para su aprobación ha sido la oposición de la Iglesia Católica.

Hace unas semanas, al leer los comentarios en redes sociales sobre este tema, noté que la mayoría eran críticas y rechazo hacia la iniciativa.

Considero que se deben analizar múltiples factores antes de implementarla. Si solo se percibe como una forma de hacer el matrimonio “desechable”, muchos se preguntarían: “¿Para qué casarse entonces?”

Una visión más optimista sería que, en lugar de facilitar divorcios, este modelo motivara a las parejas a esforzarse más por mantener su unión, sabiendo que tiene una fecha de revisión.

¿Funcionaría como un contrato laboral?

Imagina que tienes un empleo con contrato temporal de 3 o 6 meses. ¿Cómo fue tu desempeño? Si luego te dieron planta definitiva, ¿mantuviste el mismo esfuerzo? Lo más probable es que no.

De manera similar, si las parejas supieran que su matrimonio tiene una “fecha de vencimiento”, podrían esforzarse más por cuidar su relación, buscando que, al llegar ese momento, decidan renovar por gusto, no por obligación.

Conocerse antes de comprometerse

Muchos matrimonios fracasan porque las parejas no se conocen realmente antes de casarse. Si deciden unirse durante la etapa de enamoramiento (cuando todo parece perfecto) y pronto tienen hijos, la dificultad aumenta.

Los matrimonios temporales podrían servir como un período de prueba, donde las parejas aprendan a: Convivir en el día a día, repartir tareas, organizar finanzas, mejorar comunicación y resolver conflictos. Solo después de superar esta etapa deberían considerar tener hijos, si así lo desean.

¿Tú qué opinas? ¿Crees que los matrimonios temporales ayudarían a fortalecer las relaciones o solo las volverían más frágiles?