Los retos para los jóvenes de hoy
Educación y parentalidad / Dr. Jesús Cabral Araiza
Al día de hoy pareciera que los jóvenes no tienen mayores retos que estudiar y trabajar, y cada generación anterior hicimos básicamente lo mismo. Pero el mundo cambia cada día a pasos más amplios, y hay avances en diversas áreas del quehacer humano. En algunos de ellos los jóvenes no son responsables, pero sí tendrán consecuencias sobre los acontecimientos que se desprenden de ello. Veamos, a que puntos me refiero:
- Ya no existe en México el sistema de pensiones que aseguraba una vida un poco digna con un sustento económico apenas regular, ello estará sujeto a los designios y benevolencia de la clase política en turno. Los jóvenes en el mejor de los casos están ya trabajando para su vejez.
- Los retos de la seguridad pública cada vez son mayores, las condiciones de pandemia deterioraron situaciones económicas y de salud de manera radical en comparación con otros acontecimientos catastróficos, como huracanes o terremotos, generando más desesperación y problemas psicológicos que antaño no eran tan agudos.
- Existe una sensibilidad o hipersensibilidad afectiva que algunos califican como falta de carácter o falta de madurez emocional, tardando más años en tener un adulto funcional maduro, responsable e independiente, sea hombre o mujer o perteneciente a alguna minoría.
- Las condiciones laborales cada día son más adversas y los sistemas de prestaciones cambian y no siempre a favor de los trabajadores, generando incertidumbre y precariedad económica a mayor número de jóvenes y adultos novicios.
- Incremento de embarazos no deseados en adolescentes, y orfandad creciente y aun en los casos que hay padres, su inexperiencia y falta de motivación a las tareas parentales generan una cultura de precariedad cultural y falta de valores.
Estos y otros retos deben motivar las instituciones y los profesionales de los diversos sectores de la salud y las humanidades a trabajar doblemente no sólo en intervenir, pues nunca acabaríamos, también se deberá trabajar en las condiciones que generan estos aspectos adversos, pues de otra manera será en cuento de nunca acabar.
Finalmente, también se trata de generar responsabilidad en estas generaciones de jóvenes, hacerlos más críticos de su entorno, enseñarles a cuestionar desde la música misógina y violenta que escuchan, hasta la responsabilidad social de ayudar en la mejora de su entorno y de los otros. Si bien estas tareas inician en casa, las instituciones y profesionistas no podemos ser omisos ante estas necesidades, no están sólos, ¡pero necesitan YA! Activarse para generar mejores condiciones de vida presente y futura para ellos y sus hijos.